¡No te vistas así!

¡No te vistas así!

Sep 11, 2024 0 Por Omar El Bachiri

Esta frase sólo puede ser aceptada cuando procede de nuestros padres y somos todavía menores de edad. Ellos nos compran la ropa y de alguna manera puede entenderse su visión, pero, aun así, discutiendo un poco, siempre llegamos a un acuerdo, porque al fin y al cabo, es una época en la que todavía no tenemos definida nuestra personalidad y la estamos buscando en base a la manera de vestir. Por lo tanto, no hay ningún conflicto emocional, sin embargo, cuando es un tercero quien quiere prohibirnos vestir como lo deseamos, la situación cambia por completo. Nos está confundiendo con su hijo y quiere imponer su manera de interpretar la realidad e inevitablemente, aparecen los conflictos emocionales. No le importa lo más mínimo nuestra opinión, nos considera un cero a la izquierda.

Con lo cual, nos vemos privados de ser nosotros mismos, dado que, hemos asociado la vestimenta con nuestras sensaciones y emociones y finalmente, nos sentimos a gusto con nosotros mismos, hemos encontrado nuestra esencia. Pero desgraciadamente, el miedo a discutir y perder la pareja sentimental provoca que muchas personas sucumban a sus órdenes. No son conscientes de que están entrando en un mundo donde predomina el malestar y los celos son el pilar, todo gira entorno ellos. La persona en cuestión condiciona la vestimenta de su pareja porque confunde el sentimiento de amor, con el de poder o de autoridad, piensa que puede decidir por ella y lejos de romper la relación, quiere volver sumisa a su pareja, que se comporte igual que haría su hijo.

Así pues, definitivamente aquí es donde está la línea roja: – ¿ceder por no discutir o continuar vistiendo como lo deseamos? – Así mismo, conviene resaltar que los celos se generalizan a cualquier ámbito y circunstancia, por lo tanto, a pesar de ceder en la vestimenta, tarde o temprano, la persona celosa querrá imponer otro comportamiento. Entonces, no importa ceder por no discutir y pasar un mal momento, porque aunque no se discuta por este motivo, se acabará haciéndolo por otro. En conclusión, que si tu pareja sentimental te prohíbe vestir como lo quieres, es que estás con la equivocada dado que, no es tu padre, ni tu madre para decirte nada. Somos seres humanos y como tal, ¡somos libres de decidir qué hacer con nuestra vida!

Por: Omar el Bachiri

Psicólogo clínico y escritor