Así se educa a los hijos y así, se comportan

Así se educa a los hijos y así, se comportan

Jun 28, 2024 0 Por Omar El Bachiri

A pesar de haber muchas maneras de educar a los hijos, todas tienen en común cuatro pilares: el democrático, el autoritario, el permisivo y el indiferente. Entonces, según la personalidad, economía y nivel cultural de los padres, usan una u otro. Aunque muchas veces se puedan mezclar, siempre hay un pilar dominante. Igualmente, seguro que todos los padres educan a sus hijos con todo el amor del mundo y quieren que sean futuros adultos responsables, trabajadores y educados. Pero, cada manera de educar obtiene resultados diferentes y de esto quiero hablar en el artículo. Así pues, el autoritario es una educación militar, es jerárquica, donde los padres no tratan a los hijos de tú a tú, sino, qué lo hacen desde el poder, aplican un control excesivo sobre su vida y además, son inflexibles.

No dejan margen para la negociación dado que, no existe la comunicación bidireccional, ellos mandan y los hijos tienen que obedecer y no hacerlo, conlleva ser castigados. Por consiguiente, salen hijos sumisos, con baja autoestima y poca autoconfianza, pero eso sí, muy obedientes, pero por miedo a represalias y no por amor. Igualmente, también pueden salir al contrario: rebeldes y agresivos y descargar su ira contra los más débiles. Por su parte, el permisivo es el que crea la mayoría de los hijos agresores y prepotentes. Con este pilar se crean seres indefensos y que no saben enfrentarse a las situaciones conflictivas y desgraciadamente, acaban frustrados. Es totalmente contrario al anterior, hay mucho afecto, pero nada de control sobre los hijos, no existen los límites. Son los reyes de la casa, y por eso, se los tiene que dar todo hecho, no sea que se equivoquen y sufran por ello.

Aquí es donde vemos los típicos padres que van a la escuela a encararse con el profesorado y les dicen frases como: mi hijo es el mejor y tú, no eres nadie para decirle nada; mi hijo jamás haría eso, no mientas; es normal que se comporte así, lo estás agobiando con tantos deberes; etc. Seguidamente, está el peor de los cuatro, el indiferente y es que con este salen hijos con grandes carencias emocionales y de afecto, se sienten desprotegidos y, por lo tanto, son muy sumisos y lamentablemente, se van con la primera persona o grupo que los presta un poco de atención (bandas, delincuentes, manipuladores, etc.)  Después y en lo referente a los padres: son gente que prioriza su vida a la de los hijos y lo peor de todo, es que delegan su educación a la escuela porque consideran que es su principal labor. Así pues, se desentienden por completo de los valores sociales y todavía peor, minimizan cualquier problema que sus hijos puedan tener, dando como resultado seres sin ambiciones personales y apáticos dado que, jamás les han preguntado cómo les ha ido en la escuela: qué han aprendido, si tienen amigos, si les gusta lo que estudian, qué quieren hacer de mayores, etc.

Para acabar y hablando del democrático: es el que mejor resultados aporta porque se educa con amor y valores, hay un control, pero es flexible, se negocia con los hijos y se pide su opinión. Por lo tanto, se tienen en cuenta sus necesidades y no se usa tanto el castigo, sino que se prioriza el refuerzo negativo y el positivo. Esto es así porque el problema del castigo, es que llega un punto que pierde fuerza porque si el niño da por hecho que será castigado igualmente, haga lo que haga, abandona cualquier esperanza de mejora.

Sin embargo, con el refuerzo positivo y el negativo entiende que su comportamiento puede ser beneficioso, pero también perjudicial y por ende, razona las situaciones antes de emitir una respuesta.

Por: Omar el Bachiri

Psicólogo clínico y escritor