Disfrutar de la soledad

Cuando no dependemos de nadie emocional, ni económicamente, nos damos cuenta de que podemos estar solos y disfrutar igualmente de la vida. Podemos ir al cine, de compras, al gimnasio, de viaje, etc. es decir, que si estamos con alguien independiente, quiere decir que nos ha escogido por amor o empatía. Quiere decir que estar a gusto con nosotros y ha decidido compartir su vida, sus experiencias y sus emociones. Porque a pesar de no necesitar nuestra compañía, prefiere estar con nosotros antes que con los demás y, por lo tanto, podemos sentirnos afortunados. Ha escogido ser nuestro amigo o pareja sentimental sin tener la necesidad de hacerlo y esto es una cosa que desgraciadamente, mucha gente no sabe valorar.

Por ejemplo: hay quien tiene una pareja sentimental espléndida, fiel, atenta, trabajadora y responsable y en vez de cuidarla, la desprecia o simplemente, la infravalora. Es gente que siempre ha estado emparejada con personas emocionalmente inestables o económicamente no muy bien y, por lo tanto, cuando se encuentran con alguien libre en estos aspectos, no saben cómo comportarse con él. Es por esto que, con el tiempo esta persona se cansa y decide liquidar la relación porque añora su tranquilidad, no está dispuesta a perderla dado que, interpreta la relación sentimental de manera sumativa, que añade valor al bienestar.

Si ella aporta buen rollo, paz y alegría a la relación, es comprensible que pida reciprocidad a la otra parte o por lo menos, que no reste. Que no la perturbe emocionalmente con discusiones estériles, rencores, celos, malas caras, etc. Así pues, siendo independientes económica y emocionalmente podemos interactuar socialmente libremente porque no estamos condicionados a ningún resultado. Si alguien no nos gusta, no le dirigimos la palabra y si quiere comprar nuestro tiempo, también podemos negarnos sin contemplaciones. Por lo tanto, estamos empoderados anímicamente y esto, se traduce en una vida alegre y alejada de trastornos mentales y paralelamente y de paso también matizando: podemos negarnos o ceder, según nos plazca.

Por: Omar el Bachiri

Psicólogo clínico y escritor