La hipnosis clínica

La hipnosis clínica

Oct 10, 2024 0 Por Omar El Bachiri

La hipnosis es una técnica de relajación más y dicho esto, hay que matizar que siempre es una autohipnosis porque nadie tiene el poder de hipnotizar a nadie sin que previamente le haya dado su consentimiento. El hipnotista guía al paciente porque este se autohipnotice para así, intentar conseguir los beneficios buscados porque también debe puntualizarse que no es 100% eficaz y, por ende, no siempre se consiguen. Hay que remarcar en este sentido que aunque todos somos susceptibles de ser hipnotizados, no todos entramos en este estado igual de rápido e incluso, hay quien no lo consigue nunca, porque siempre depende de nuestro nivel de sugestión y miedo hacia la hipnosis. Igualmente, el rango de edad que obtiene mejores resultados es entre los 13 años y los 72, porque los más pequeños todavía utilizan mucho el pensamiento mágico y los más grandes, empiezan a tener problemas en las áreas cerebrales relacionadas con la memoria y paralelamente, es desaconsejable para quien tenga esquizofrenia o epilepsia dado que, podría empeorar su condición.

Así pues, la parte más importante de la terapia es conseguir que la persona entre en este estado y como todos somos diferentes, también hay varias metodologías para conseguirlo Por contrapartida, cuando la hipnosis va acompañada de una terapia psicológica, los resultados mejoran sustancialmente y por eso mismo, siempre es mejor cuando el hipnotista es también psicólogo, psiquiatra o dentista. Este último, en contrapartida, usa la hipnosis para sedar al paciente para que así, no sienta dolor durante la cura dental. Mientras que los otros dos, la usan para que pierda el miedo de ir al dentista dado que, en buena parte, es una técnica muy eficaz para combatir las fobias, los miedos, mejorar la gestión de las emociones y, por lo tanto, se consigue también reducir la impulsividad. Así pues, se sobreentiende que puede ayudar en los trastornos de la conducta alimentaria (TCA), la agresividad y las adiciones. Esto es así, porque se utiliza bastante el acondicionamiento clásico, asociar ciertos estímulos con respuestas fisiológicas o mentales.

Por ejemplo: ver comer y babear o sentir asco; ver ciertos líquidos y tener sed o ganas de vomitar y en el caso de la agresión, oír una palabra o ver una conducta y sentir tranquilidad o indiferencia. Así mismo con las adicciones ya que, están relacionadas con la impulsividad, con la carencia de control emocional. El adicto no piensa en las consecuencias de su comportamiento a largo plazo y si hablamos de la adicción a las compras o al juego, muchas veces acaba endeudado o por lo menos, arruinado. En cambio, si hablamos de la adicción a las sustancias, daña su salud. Sin embargo, no estoy diciendo que sea imprescindible tener una de estas profesiones para ejercer de terapeuta, pero sí, que aportan mejores resultados y en un tiempo menor dado que, además de hipnotizar, también tienen las herramientas cognitivas para buscar e interpretar la situación conflictiva. Porque no tiene ningún sentido hacer revivir la situación conflictiva al paciente, si no le podemos hacer modificar las conductas perjudiciales.

Por: Omar el Bachiri

Psicólogo clínico y escritor