Del placer de comer y beber, al malestar por hacerlo

Del placer de comer y beber, al malestar por hacerlo

Oct 2, 2024 0 Por Omar El Bachiri

Todos somos conscientes del placer de comer y beber cuando tenemos hambre o sed y podemos escoger los alimentos y bebidas más adecuados, es un placer abismal. Pero desgraciadamente, su mala interpretación provoca en muchas ocasiones ciertos trastornos del comportamiento, llegando incluso a enfermar a la persona. La anorexia y la bulimia son ejemplos de los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) y el alcoholismo, lo es por la parte de la bebida alcohólica. Aunque son diferentes, los tres son adicciones, los TCA lo son a no comer o a comer y después vomitar y el alcoholismo, lo es al alcohol. Son comportamientos llevados al extremo en cuanto a la relación de la comida y la bebida, se les ha cambiado su función y dejan de interpretarse como una fuente de energía o placer.

Por la parte de la persona alcohólica,  ya no bebe por placer, sino que, lo hace para evitar o reducir la ansiedad de no hacerlo y por la parte de los TCA, interpretan la comida como un peligro para su silueta física o como una vía de escape mental. En este segundo caso, la persona se hincha a comer para después vomitar, ha encontrado la manera de evadirse mentalmente en la comida, igual que lo podría haber hecho con la lectura, pasear, hacer manualidades, etc. Pero, con la peculiaridad de que influye en su aspecto físico y para evitar engordar, vomita porque es una solución sencilla y con resultados inmediatos. Después, por el lado de la anorexia, la persona es adicta a no comer y además, su estómago se ha encogido tanto que con nada está saciada, pero no así su organismo, él está desnutrido y, por lo tanto, puede sufrir un paro cardíaco y morir.

En este sentido, está interpretando la comida como una sustancia que estropea su aspecto físico, en vez de hacerlo como una fuente de energía. Inevitablemente, sin ella, únicamente le espera la penuria y finalmente, la muerte porque no tendrá fuerzas ni para andar. Así pues, podemos concluir que la interpretación de comer y alimentarse está totalmente distorsionada, se ve como un sufrimiento, como un castigo porque tienen que luchar constantemente contra su instinto de supervivencia. Su organismo está pidiendo a gritos ser alimentado para poder realizar sus funciones básicas: moverse y pensar con claridad sin tener que descansar cada hora porque está agotado.

Resumiendo, que los TCA condicionan por completo el comportamiento social dado que, cualquier reunión entre amigos comporta comer o beber y la persona que sufre alguno de ellos, deja de asistir por miedo a sucumbir a la tentación y, por lo tanto, acaba aislándose. De forma parecida sucede con la persona alcohólica, también deja de frecuentar los lugares donde está su droga, las bebidas alcohólicas, porque es consciente del peligro que supone ceder a su consumo. En consecuencia, también queda aislada de su círculo de amistades, de los cumpleaños, bautizos, comuniones, bodas, etc. Es decir, en los tres casos la persona deja de disfrutar del placer de comer y beber y, por lo tanto, de socializar, de compartir momentos agradables con los demás.

Por: Omar el Bachiri

Psicólogo clínico y escritor