Disciplina para conseguir nuestros objetivos

Disciplina para conseguir nuestros objetivos

Ene 9, 2019 0 Por Omar El Bachiri

Una de las principales razones por las qué mucha gente no consigue los propósitos que se propone, es por la falta de disciplina. Seguramente en Nochevieja, muchos os habréis marcado objetivos para alcanzar este 2019. Con toda seguridad, para muchos serán los mismos que en los años anteriores. Hacer deporte, cambiar de trabajo, montar su propio negocio, dejar de fumar, etc. Pues en este artículo explicaré cómo pensar por conseguirlo y no dejarlo a medias.

Para conseguir cualquier objetivo que te propongas, si no tienes disciplina, será casi imposible alcanzarlo. La disciplina está determinada por 5 factores, relacionados entre ellos. El compromiso, la automotivación, la organización, la adaptación y la flexibilidad.

– Compromiso: estar dispuesto a pagar el precio para conseguir el objetivo deseado (esfuerzo físico y mental, para soportar la ansiedad y el estrés).

– Automotivación: es la energía necesaria para afrontar el camino. Esta puede ser intrínseca o extrínseca.

– Organización: para priorizar qué cosas y situaciones van primero.

– Adaptación y flexibilidad: cuando las cosas no salen como previstas, hay tener la capacidad de hacer cambios y adaptarse a ellos.

Para cualquier objetivo que quieras conseguir, primero debes visualizar cómo te sentirás cuando lo obtengas. Tus pensamientos marcan el camino de tu vida. Si lo piensas, actuarás en consecuencia. Dedícale toda tu atención y proyéctale las emociones positivas que sientes o te gustaría sentir.

A continuación, traza una ruta, dividida en plazos cortos y medios. De esta forma, no se te hará tan complicado alcanzar el objetivo final. Aparte de esto, te servirán como refuerzo y motivación para continuar. Cuando veas que vas alcanzando los objetivos pequeños y medianos, sentirás que vas por el buen camino. Sin embargo, si no los alcanzas, cambiarás de ruta (forma de pensar y actuar, para readaptarte a las nuevas circunstancias).

Al principio, estarás eufórico y con muchas ganas de conseguirlo, pero si no tienes un sistema que te guíe, lo acabarás dejando. Te desmotivarás. Una vez aceptado el reto, tienes que marcar una fecha límite para conseguirlo. Esto te servirá de presión para actuar y no procrastinar (dejar las cosas para después).

Ahora expondré el sistema para lograr el propósito.

Se compone de dos preguntas: 1- ¿Es realista? 2- ¿Por qué lo quieres?

– Si el objetivo no es realista, sólo te espera la ansiedad. Por la frustración de no conseguirlo. Los objetivos no deben ser muy altos pero, tampoco demasiado fáciles, sino, te acabarás aburriendo y aunque los obtengas, no les darás el valor que se merecen.

– La importancia de ser consciente del por qué lo quieres. ¿Es por satisfacción personal o para contentar a una tercera persona? Si es por tu satisfacción, la motivación será intrínseca pero, si es para contentar a los demás, la motivación será extrínseca. La diferencia entre ambas es que, la primera dura toda la vida y la segunda es de tiempo muy limitado.

El extrínseca es muy eficaz para empezar el camino pero, si no viene seguida de la intrínseca, acabarás abandonando el proyecto. Es como la cerveza o cualquier otra bebida refrescante. La consumes porque tienes sed pero, continúas bebiendo porque te gusta el sabor o por el estado emocional en que te deja.

Teniendo esto claro, ya puedes ir a tu objetivo.

Primero, ponlo por escrito, de esta forma, pasará de ser subjetivo (un pensamiento) a ser objetivo. Seguidamente, como he mencionado anteriormente, pon una fecha límite (3 semanas, 5 meses. 2 años, etc.). Hay algo muy importante a tener en cuenta y es que se sobrevalora el corto plazo y se infravalora el largo. De ahí la importancia de saber el por qué lo quieres ya que, con el largo plazo, adquieres un estilo de vida y este es para siempre. Sin embargo, con el corto, satisfaces un deseo o una necesidad.

La mejor forma de conseguirlo es creando una lluvia de ideas, para ver cuál es la mejor. Cuando la hayas escogido, reflexiona en cómo afectará a tu estilo de vida. Calcula los posibles obstáculos que aparecerán y como los afrontarás. Esta forma de pensar, te ayudará a valorar los pros y los contras. Cuando lo tengas claro, tienes que convertir esta nueva conducta en un hábito. Debe ser como ir a trabajar. Comprométete contigo mismo, para no defraudarte. Pero, para poder hacer este paso, es preferible  enfocarse en la actitud positiva. Con esta forma de entender la vida todo es más sencillo.

Los hábitos se consiguen tras 21 días consecutivos repitiendo el mismo ritual y al cabo de tres meses, se convierten en rutina. Tu nueva forma de pensar y actuar. A partir de este momento, todo lo que empieces, lo acabarás. Serás consciente de que si lo dices, lo harás. Aquí ya podrás decir que tienes disciplina.

Resumiré todo el texto con un ejemplo: 

Experto en artes marciales: primero me informo de los horarios de entrenamiento y de la cuota a pagar. Valoro si es factible, si mi horario laboral y mi presupuesto me lo permiten. Esto quiere decir, preguntar en diferentes gimnasios, hasta encontrar el adecuado. A partir de aquí, iré regularmente, para adquirir el hábito de entrenar. Aunque llueva, nieve o esté cansado, asistiré a los entrenamientos. Me examinaré de cinturón en cinturón, hasta llegar al negro. No se puede ser un experto sin pasar por todas estas fases. El objetivo se conseguirá poco a poco, superando los de corto y medio plazo, donde el hecho de ir superándolos, nos motivará a continuar hasta el final, sin desistir en el camino.

La parte más importante de conseguir los objetivos, es la confianza que ganamos en nosotros mismos y si ya la tenemos, la potenciamos.

Omar El Bachiri