Gente tóxica

Gente tóxica

Mar 4, 2019 0 Por Omar El Bachiri

Definición: sujeto que te perturba emocionalmente, te transmite su malestar con quejas y chismes. Es cruel, despiadado, mentiroso y controlador, eres su marioneta. No le importas lo más mínimo. Siempre quiere ser el centro de atención y se inventará cualquier historia para conseguirlo. Es psicópata y narcisista, está convencido de que sus virtudes son mejores que las tuyas y sus dolencias, son peores. Con esta descripción quiero que entiendas que alguien puede ser tóxico para ti pero, no para mí, y viceversa.

Las personas tóxicas son peligrosas. Se pasan el tiempo criticando a unos y a otros. Si están contigo, critican a los demás y cuando tú no estás, te critican a ti. Todavía peor, cuando están entre ellas y una se va, también la critican. Les gusta hacer el mal. No conocen otro modo de expresar sus emociones.

Viven cómodamente y sin tomar riesgos, no quieren esforzarse. Tampoco tienen ni disciplina, ni determinación. Se conforman con lo que tienen, aunque no les satisfaga. Se quejan todo el tiempo pero no hacen nada por cambiar la situación. Son envidiosas, mentirosas y vagas. Al sentirse inferiores a los demás, han de criticarlos y así rebajarlos, para sentir que están por encima. Hagas lo que hagas, lo van a menospreciar. Van a infravalorar tus logros y exagerar tus fracasos. Te vas a enterar de cosas que todavía no has hecho y con el paso del tiempo, si no te alejas de ellas, te autodestruirás. Tú mismo vas a machacarte.Te sentirás inútil e incapaz de hacer nada bien. Empezarás con el efecto Pigmalión y acabarás con la indefensión aprendida.

– Efecto Pigmalión “profecía autocumplida”: te comportarás según creas que  los demás esperan de ti. Si crees que piensan que eres torpe o inútil, así te comportarás.

– Indefensión aprendida: has aprendido que aunque te defiendas de sus ataques, siempre acaban venciendo y que no tiene sentido invertir ni tiempo, ni esfuerzo. Seguramente, en algún momento intentaste defenderte y no surgió efecto. Has generalizado esa situación y das por hecho que siempre será igual. No tienes en cuenta que las circunstancias cambian.

Estas personas se comparan constantemente con todos, sólo para recalcar que son mejores que ellos. Te intentan desmotivar en todo lo que emprendes. Aunque a veces no lo digan con palabras, su cuerpo no lo puede disimular. Sus gestos y miradas lo están afirmando, son el reflejo de su maldad. Te juzgan diciéndote que son sinceras y que es por tu bien, pero curiosamente, sólo se fijan en tus defectos.

Es difícil alejarse de ellas, están por todas partes. Pueden ser tus padres, familiares, amigos, compañeros de trabajo, etc. Suelen creer que los cuidados que recibieron durante la infancia fueron insuficientes y para compensarlo, buscan incesantemente más atención de los demás en su etapa adulta. Esta la consiguen manipulando a los demás, lo cual les deja un gran vacío interior. Se sienten frustradas y abandonadas y esa sensación les lleva a un comportamiento desesperado e impulsivo. Por eso, haz siempre lo que te plazca y te haga sentir bien. Si te equivocas, al menos habrás disfrutado.

El perfil de este sujeto tiene dos características: es envidioso y vago, en consecuencia tiene baja autoestima. Entonces para superar esa barrera, te hará sentir culpable de sus males. Cuando nacemos todos somos o negativos u optimistas pero con las circunstancias de la vida, hay gente que se vuelve tóxica. – ¿Por qué? – como he dicho antes, es vago y lo quiere todo hecho, como tiene baja autoestima, se siente inferior a los demás y cree que si posee lo que el otro tiene, se sentirá mejor, de ahí la envidia. Esta no te deja disfrutar de lo que tienes, siempre te sabe a poco. Con lo cual, siempre quieres más. Además, va de víctima. Sus dos frases favoritas son:

1- Pobre de mí, – ¿qué voy a hacer? – el mundo es injusto, todo me pasa a mí.

2- Tú ganas bien y yo apenas tengo para pasar el mes.

– En algún momento todos podemos ser tóxicos, ¿cómo saber si eres tóxico?

Cuando le envidias algo a alguien, ¿qué piensas? “Deseo lo que tiene el otro y utilizo esa energía para superarme y conseguirlo pero sin dañarlo a él. Es decir, lo hago por mí, para estar mejor. O por el contrario, le deseo lo peor y lo critico para hundirlo”.

Expongo los tres ámbitos donde más nos suelen perjudicar: el trabajo, la pareja y los amigos.

– Trabajo: chismes, críticas y rencores. Se forman grupos para aíslarte y los cargos son a dedo. Se premia más el amiguismo que la competencia de la persona. Por muy competente que seas o por muchos estudios que tengas, si no eres amigo del superior, no tienes nada que hacer.

– Pareja: te aísla socialmente, te separa de tu entorno y destruye tu autoconfianza. Te vuelve sumiso a sus exigencias. Lo hace de forma consciente y tú cedes inconscientemente. Todo empieza por no discutir, vas cediendo y cuando te das cuenta, te tiene atrapado en la soledad. Dependes de ella para hacer cualquier cosa y tomar cualquier decisión. Tu círculo de amigos y familiares ha desaparecido.

– Amigos: el interesado/a. Sólo te llama para pedirte dinero o cuando está aburrido/a. En cuanto tiene pareja, desaparece. ¿Quién ha dejado dinero a alguien y cuántos lo habéis recuperado?

¿Cómo enfrentarse al sujeto?: primero hay que aceptarlo como es. No vamos a cambiarlo, no mezclemos el deseo con la realidad. No se pasa de ser malo a ser bueno de la noche a la mañana. Nos enfrentaremos de forma pasiva, con la indiferencia hacia sus comentarios (actitud de acero), me resbala lo que me digas. Lo que queremos es que nos deje en paz.

No olvides que el problema es suyo y tampoco sabes cuáles son sus intenciones. Muchas veces querrá sacarte información para luego girarla en tu contra.

1- Le damos la razón, nos compadecemos de él y además, exageramos la situación, somos irónicos, a un tóxico se le contesta con su misma medicina.

Le decimos: si, tienes razón – es verdad – qué mal está el mundo – pobre de ti y exageramos todavía más la situación.

Dejará de contarte sus penas y chismes porque se dirá, “cada vez que hablo con este, salgo peor”.

– Cuando te pida tu opinión, usa las 5 palabras mágicas: ¡ajá!, ya ves, ya te digo, tú verás, ¡sé tú mismo! 

 Estás dando tu opinión pero sin mojarte. Recuerda que no sabes cuál es su intención.

Las órdenes: no hay que decir ni que si, ni que no. Si dices de no, creas un conflicto y si dices que si, te estás creando una obligación.

Se dice: ya voy, ahora mismo, estoy llegando, etc. No te niegues, simplemente hazlo cuando a ti te vaya mejor.

 

Omar el Bachiri Psicólogo y Escritor