La importancia de tener una rutina

Efectivamente, mantener una rutina saludable es necesaria e incluso, beneficiosa porque nos mantiene motivados y paralelamente, también nos ayuda a afrontar y superar con éxito los días o momentos desagradables. Saber qué haremos durante el día, la semana siguiente o de aquí a tres meses es una fuente de seguridad, porque nos da la sensación de control. Igualmente, hay que decir que, el ser humano llevamos mal la incertidumbre, nuestra mente necesita saber a qué se enfrenta en todo momento, pero, también, tiene su parte buena y es que sabiéndolo, podemos adquirir rutinas placenteras o por lo menos, interpretar diferentemente las no placenteras.

Por ejemplo, la rutina de ir a trabajar quizás para algunos no es agradable, pero el hecho de estar en el trabajo les permite no estar en casa o en algún otro lugar indeseado (con familiares y conocidos). En este caso, la persona le está sacando provecho a la rutina desagradable, porque a pesar de no estar a gusto con ella, le está ayudando a afrontar una situación mala. Del mismo modo, pero al revés, cuando tenemos cierta organización sobre nuestra vida, lo hacemos girar todo entorno a ella y de este modo, solo aceptamos las cosas buenas y, por lo tanto, nos alejamos de las perjudiciales. Gente tóxica, negativa, cotilla y las situaciones desagradables, porque tenemos una filosofía o estilo de vida que nos mantiene ocupados y distraídos con actividades productivas.

Esta última parte puede explicar cómo la falta de ocupación voluntaria (ocio), nos perjudica mentalmente, porque no disponemos de ningún mecanismo de evasión cognitivo. La mente también se satura, sea por pensamientos laborales, personales, o por estar demasiado tiempo sin hacer nada. Somos un organismo creado para el movimiento continuo, y por eso mismo, tenemos que alimentarnos, descansar y dormir, para así el día siguiente poder continuar haciendo camino. – ¿Por qué tanta gente cuando coge la baja laboral, se queda en el paro o se jubila, lo pasa mal? –, porque ha perdido su rutina, su estilo de vida, ya no sabe cómo ocupar las horas que tenía programadas.

Por: Omar el Bachiri

Psicólogo clínico y escritor