No siempre es lo que parece

No siempre es lo que parece

Sep 22, 2024 0 Por Omar El Bachiri

Esto lo vemos claramente en las redes sociales, el fotoshop es el rey de las imágenes fantásticas, de los lugares espectaculares y de la gente con unos cuerpos espléndidos. Este programa puede modificar cualquier aspecto no deseado y volverlo increíblemente atractivo. Pues, en la vida real el fotoshop lo tenemos integrado en nuestra mente y está compuesto por nuestras creencias y perspectivas. Entre ambos conceptos dibujamos la realidad, en vez de verla cómo es realmente, la adaptamos a nuestros criterios. Inconscientemente, nos guiamos por el sesgo de proyección para juzgar y sacar opiniones anticipadas y muchas veces también, erróneas. Este sesgo provoca que proyectemos en los demás nuestras creencias, carencias y virtudes pensando que las comparten con nosotros, es decir, creemos que nos comportamos del mismo modo.

Por el contrario, obviamos, o no tenemos en cuenta que todos somos diferentes y como tal, no tenemos los mismos gustos, ni las mismas motivaciones para actuar. Para que se entienda mejor: si vemos alguien atractivo físicamente, arreglado y por encima, conduciendo un vehículo de alta gama, la mayoría de entre nosotros damos por hecho que también es educado o al revés, que es arrogante, pero todos coincidiremos en que tiene solvencia económica. En ningún momento se nos pasa por la cabeza, que pueda tener problemas emocionales o económicos. Esto es así, porque si para nosotros ser atractivos, tener dinero o fama significa haber triunfado en la vida, porque tenemos aseguradas nuestras necesidades personales cubiertas, cuando vemos alguien con alguna de estas características, creemos que él también lo ve del mismo modo.

Entonces, interpretamos que es feliz y que la vida le sonríe dado que, según nuestras creencias posee la clave del bienestar. Siendo atractivo puede tener a quién sea a su lado, teniendo dinero puede comprar cualquier cosa y teniendo fama, es reconocido en todas partes y, por lo tanto, nunca se siente solo. Así pues, nuestras creencias nos definen el bienestar, pero sin contar con los factores externos y que muchas veces son los causantes del malestar. No tenemos en cuenta la influencia de las experiencias vividas de cada uno y que por suerte o por desgracia, nos afectan a todos diferentemente. No todos tenemos el mismo umbral a la frustración, ni la misma capacidad de gestionar las emociones y, por ende, tampoco tenemos la misma resiliencia, no todos soportamos del mismo modo la presión social o el estrés.

Hay cantantes que tienen mucho de éxito y el abuso de medicamentos o drogas ilegales los ha matado, no han soportado su nuevo estilo de vida o la presión social y se han visto obligados a consumir estas sustancias para poder aguantar. Del mismo modo, estos factores externos explican que nos cueste entender cómo es que alguien maltratado por su pareja, no se separe de ella. Seguramente, será porque tiene motivaciones o creencias sobre el amor diferentes a las nuestras y, por lo tanto, su comportamiento también difiere.

Por: Omar el Bachiri

Psicólogo clínico y escritor