Disfrutar de la jubilación viajando
Oct 26, 2020
Tengo 78 años y llevo viajando por Europa desde que cumplí los 67. Te voy a contar cómo lo hago, para que veas que no es muy complicado. Si tienes un ingreso mínimo de 1.000€ mensuales y buena salud, podrás hacerlo sin problemas. Podrás pasear por toda la comunidad europea, tranquilamente. Debo decir que he viajado toda mi vida, fue cumplir los 21 años y empezar a viajar al rededor del mundo. He visitado los cinco continentes y muchos países diferentes. Actualmente, sólo viajo por España, Portugal, Polonia y Croacia. A mi parecer, son los países más económicos para pasar el mes con 1.000€. Básicamente por el coste del hospedaje, la media no supera los 15€ por noche. Es lo que me cuesta por dormir en una habitación compartida, en los hostels. El lugar ideal para conocer gente y nunca estar solo.
Suelen ser habitaciones de entre 4 y 12 personas y pueden ser de un mismo sexo o mixtas. Recorriendo el mundo he tenido la oportunidad de conocer multitud de culturas, religiones y formas de interpretar la vida. He estado con personas que recorrían el planeta en bicicleta, en moto, en autocaravana, e incluso a pie. Eran personas que mientras viajaban, trabajaban. Tenían la oportunidad de hacer teletrabajo, sólo necesitaban de un ordenador y acceso a internet. Con el paso de los años, me fui haciendo a la idea de adquirir ese modus vivendi, ser un nómada. Centré mi filosofía de vida en los viajes y mi objetivo final era vivir mi etapa de jubilado, viajando.
Debido a la profesión que ejercía, no tenía opción al teletrabajo, igual que la mayoría de entre nosotros. Todos dependemos de un lugar fijo para trabajar, ya sea en un despacho, un almacén, una tienda, etc. Todos tenemos que acudir ahí e intercambiar un mínimo de 8 horas diarias, a cambio de un ingreso mensual. Hablando con estos viajeros, me percaté que ese era el motivo real de mi permanencia en la ciudad donde residía. Si tuviera la opción de recibir el mismo ingreso, sin la necesidad de acudir a mi puesto de trabajo, estaría todo el año viajando. Fueron pasando los años y es lo que estoy haciendo ahora, viajar todo el tiempo. He conseguido mi objetivo, recibir un ingreso mensual sin tener que acudir diariamente a un lugar en concreto.
Cada principio de mes, el seguro social transfiere 1.000€ a mi cuenta bancaria. Siempre he vivido de alquiler, no tengo ninguna vivienda en propiedad, ni nada de mucho valor económico. Me muevo en transporte público, según el lugar, lo hago en metro o en autobús y si tengo que hacer recorridos largos, voy en tren o en avión. Como sólo viajo entre estos cuatro países que he mencionado más arriba, el trayecto en avión, no supera las tres horas. Durante el invierno viajo por Andalucía y el resto del año, voy alternando entre los otros destinos. No suelo estar más de un mes en el mismo lugar, me gusta ir cambiando.
Una vez al año, vuelvo a mi lugar de origen, una gran ciudad, ubicada en el centro de España. Estoy dos semanas, el tiempo necesario para hacerme una revisión médica al completo, visitar a la familia y saludar los pocos amigos que me quedan. Siempre he vivido en esta ciudad, nací, estudié y trabajé en ella. También es el lugar donde me casé y nació mi hijo, actualmente tiene 38 años, fui padre a los 40 años. Fue a esta edad cuando me casé y decidí dejar de viajar, tenia ganes de formar una familia y sentar la cabeza. Mis planes de ser un viajero empedernido se esfumaron y los sustituí por la norma social, casarse, tener hijos y adquirir una hipoteca.
Esta última la obvié porque durante mis viajes, aprendí que es una creencia o costumbre de los países hispanos (España, Portugal, Andorra e Italia), sus ciudadanos tienen la necesidad de sentir que poseen algo, si no, interpretan que han malgastado su dinero. Ven el alquilar como una forma de derrochar el dinero. Se hipotecan de por vida, algo inusual e impensable en el resto del mundo. Lamentablemente, el mismo día que cumplí los 65 años, mi mujer falleció de cáncer. Imagínate cómo me sentía, solo y abatido, mi hijo ya había formado su propia familia, tenia su propio hogar. Yo residía en un bonito apartamento, pero con la pensión que me quedó, solo me alcanzaba para pagar el alquilar (700€), la comida y cubrir los gastos básicos. Entré en depresión y el departamento de bienestar del ayuntamiento, se puso en contacto conmigo y me asignó un psicólogo.
Estuve en terapia 9 meses, el tiempo necesario para entender que tenia la oportunidad de vivir como lo pensaba de joven. Viajar sin cesar, porque ya no dependía de un lugar fijo para conseguir un ingreso mensual. Entré en internet y empecé a comprar precios, me sorprendió gratamente lo que encontré, me salía más barato estar viajando que quedarme viviendo de alquiler. En el hostel, la noche me sale por 15€, multiplicado por los 30 días, suman 450€ mensuales. Además, no tengo que pagar ni luz, ni agua, ni calefacción. La ropa la lavo semanalmente, poner una lavadora me cuesta 5€, es decir, 20€ al mes. Luego, tengo derecho a usar la cocina, con lo cual puedo cocinar y además, no tengo que comprar ni detergente, ni papel higiénico, ni toallas, ni ropa de cama, etc. va todo incluido en el precio. En definitiva, que con 130€ hago la compra mensual.
Luego, otros dos factores importantes son la zona común y el acceso a internet, tengo wifi en la habitación, así que por las noches enciendo mi ordenador portátil y veo películas en inglés con subtítulos en español, así aprendo el idioma. Cuando ya estoy harto, bajo a la zona común y mantengo largas conversaciones con los demás viajeros. Se acabaron los días de soledad, sentado frente al televisor, viendo telebasura, ahora me los paso rodeado de gente alegre y con ganas de vivir.
Por: Omar el Bachiri
Psicólogo clínico y escritor