Parafilias sexuales

Parafilias sexuales

Ago 25, 2022 0 Por Omar El Bachiri

Las parafilias son comportamientos sexuales que van más allá del acto en sí, centran su atención en situaciones, objetos o en el sufrimiento de los demás e incluso en el suyo propio como modo de conseguir el placer. Tres ejemplos extremos son el masoquismo, el sadismo y el sadomasoquismo, comportamientos donde se ha erotizado y asociado el placer con el dolor y el sufrimiento. Por parte del masoquismo, la persona siente placer cuando es humillada y/o golpeada. Por su parte, en el sadismo se busca exactamente lo mismo pero para la otra parte, se quiere su deshumanización. En este segundo concepto ya estamos hablando de maldad porque es un acto no consentido y aquí radica la diferencia entre los comportamientos paratíficos, en su voluntad, si son consentidos por la otra parte o no.

Luego, el sadomasoquista se inflinge daño a sí mismo, se hace cortes, se automutila o simplemente provoca situaciones donde ser humillado y/o maltratado. Esta tercera forma de actuar tiene una explicación más sencilla, es adquirida básicamente por condicionamiento clásico, se asocia una conducta con una sensación de placer. Así por ejemplo, cuando tenemos una herida no abierta en el cuerpo, como puede ser un morado o un golpe y nos la apretamos el dolor se alivia en incluso produce un ligero placer pues esta situación es llevada el extremo. Después, cuando provoca las situaciones de humillación lo hace para demostrarse que aún estando mal tiene el control de la escena y de sus emociones. Dando como resultado el éxtasis porque se autoafirma con su comportamiento, manda él y puede decidir cuándo parar pero también hay que añadir que en la mayoría de veces es un comportamiento exculpador. La persona interpreta que merece ser castigada y que autodañándose queda perdonada por sus actos, hay ocasiones en donde se insulta a sí misma y se dice cosas horribles y si por casualidad llega al orgasmo, asociará este comportamiento con el clímax sexual y de ahí su repetición, ha asociado el dolor con el placer.

A si mismo, otro ejemplo de comportamiento no consentido es la pedofilia, la atracción y abuso de menores de edad, algo totalmente ilegal pero que lamentablemente, viene condicionado por la cultura de cada país pues en algunos está normalizado y por lo tanto, no está penado. Por otro lado, conviene subrayar que hay más de 500 tipos de parafilias pero las más comunes son la necrofilia (practicar sexo con cadáveres), la zoofilia (practicar sexo con animales), el fetichísmo, exhibicionismo, frotteurismo, voyerismo y las tres que acabo de comentar.

Explicado de otra forma y a modo de resumen, las parafilias pueden interpretarse como comportamientos normales o anormales según en qué país, cultura y momento de la historia en el que estemos viviendo, si en el siglo 10, 12, 15, etc. Cada sociedad y circunstancias del momento tienen mucho que decir al respeto de la moralidad de las personas y de igual forma también hay que distinguir entre sus grados de afectación. Hay quien depende totalmente de los estímulos paratíficos para la excitación sexual y hay quien recurre a ellos de forma puntual o simplemente para romper con la rutina sexual. Por ejemplo, hay quien se excita viendo cómo su pareja tiene relaciones sexuales con alguien más, como también hay quien lo hace rozándo sus genitales con las demás personas o incluso mostrándolos en la vía pública, enfrente de los desconocidos.

Así mismo, también hay quien se excita viendo a su pareja vestida con algún conjunto en especial, fuera de lo común. Luego, la edad de inicio suele rondar la adolescencia, más del 60% se hace antes de los 18 años y afecta bastante más a hombres que a mujeres, sólo el masoquismo mejora esta diferencia pero aún así, en las mujeres es inferior. Su motivo es muy variado, puede ser debido a un trastorno mental, una mala experiencia sexual, la baja autoestima, timidez, necesidad de llamar la atención, etc. hay muchas hipótesis pero ninguna puede asegurarlo con certeza. Igualmente, si estamos en pareja y uno de los dos tiene alguna parafilia, la mejor manera de afrontarlo es exponiéndola y llegar a un acuerdo para su ejecución, aunque como se podrá comprender siempre dependerá del tipo. Si a la persona le gusta ser humillada o golpeada raramente se lo comunicará a la otra parte y por lo tanto, será una fuente de malestar o por lo menos, de vergüenza.

Por otra parte, si es del tipo fetiche la aceptación es más sencilla porque sería ceder a incorporar algún objeto al acto sexual o permitir el tocamiento o incluso chupar algunas partes de cuerpo, como por ejemplo los pies. Así mismo, también puede ser que quiera vestirse del sexo opuesto, usar su ropa interior o incluso olerla y masturbarse con ella. Como se dice, cada pareja es un mundo y sólo ella decide qué es bueno o malo en su relación sexual. A continuación y retomando la pedofilia hay decir que aunque esté en el grupo de las parafilias es más una preferencia sexual y por lo tanto, no tiene cura posible porque las terapias de conversión no son efectivas en este ámbito.

Pueden modificar o cambiar muchos aspectos de la persona pero no su preferencia sexual porque no se trata de corregir una conducta desviada como puede ser mantener relaciones sexuales con animales, cadáveres, masturbarse en público, etc. Estas están relacionadas con la autoestima y la dificultad para iniciar y mantener relaciones interpersonales, entonces con una terapia basada en la extroversión se puede reconducir el comportamiento desviado porque eso es mismo, una sustitución debido a la falta de herramientas cognitivas. Sin embargo, la pedofilia es un comportamiento premeditado, es totalmente racional y antepone su placer al dolor del menor, es una agresión sexual en toda regla y no tiene base para justificarse. Igualmente, en los países donde está permitida es más por el poder y/o el dinero que por el bien social.

Por: Omar el Bachiri

Psicólogo clínico y escritor