Parasomnias (terrores nocturnos y pesadillas)

Parasomnias (terrores nocturnos y pesadillas)

Ago 28, 2022 0 Por Omar El Bachiri

A pesar de parecer sinónimos, son bastante diferentes. Eso si, ambos forman parte del trastorno de parasomnia, igual que lo son el sonambulismo y la Apnea del sueño, entre otros más. Todos tienen en común el comportamiento inusual que aparece justo antes de dormirnos o mientras lo estamos haciendo, perjudicando así al descanso. Los terrores nocturnos son poco frecuentes después de los 6 años, cosa que no sucede con las pesadillas, todos hemos tenido alguna en el transcurso de la vida, ya sea en la adolescencia o siendo adultos. Su gran diferencia radica en que los primeros no se recuerdan una vez nos despertamos y también en que crean mayor malestar.

El niño se despierta sudando y temblando y en ocasiones, incluso sobresaltado y gritando porque son sueños aterradores, que generan mucho miedo, están basados en emociones negativas y en situaciones catastrofistas. El menor teme por su vida y se despierta desorientado e incluso a veces, con los ojos cerrados porque en muchas ocasiones todavía está dormido, no es consciente de sus actos, es como si fuera sonámbulo. Por su parte, las pesadillas son sueños que a pesar de estar vinculados también a emociones negativas, lo están más con las experiencias traumáticas o desfavorables vividas durante el día o la semana.

Es decir, son una forma de avisarnos de que no estamos gestionando bien la situación, o por lo menos, no de la mejor manera. Igualmente y por suerte, cuando nos despertamos de las pesadillas las recordamos por completo, tenemos la información justo en frente y la podemos describir con pelos y señales. Por eso mismo podemos aprender de ellas y mejorar la situación porque somos conscientes que nos produce malestar, se trata de buscar qué mensaje nos quiere transmitir.

Aunque parezca una locura es la mejor manera de deshacerse de una pesadilla porque si no, llegará un punto que tendremos miedo de ir a dormir y es exactamente lo que sucede con los terrores nocturnos, que el niño tiembla sólo con pensar en el momento de acostarse y por lo tanto, muchas veces pretende dormir con los padres o con la luz encendida y/o también con la puerta abierta.

Por: Omar el Bachiri

Psicólogo clínico y escritor