La serenidad es la clave de la salud mental

Oct 17, 2024 0 Por Omar El Bachiri

Cuando hay coherencia entre nuestros pensamientos y nuestro comportamiento, raramente sufrimos trastornos mentales. Eso sí, estoy hablando de problemas mentales adquiridos, no desarrollados por alguna anomalía cromosómica, cerebral o del sistema nervioso central. Cuando la causa proviene de esta segunda parte, es una cuestión muy diferente y, por lo tanto, la terapia a seguir también lo es. Entonces, me centro en la que depende totalmente de nosotros, de nuestra interacción social, de la manera en la que interpretamos las situaciones o la realidad. Así pues, la serenidad significa estar en calma mentalmente, es un conjunto de emociones y sentimientos que nos aportan bienestar y esto, sólo es posible cuando aceptamos la realidad.

Podemos estar de acuerdo o no con ella, pero aceptando las situaciones es como mejor trabaja nuestro cerebro porque se evita la disonancia cognitiva, que es la guerra interna (quiero hacer esto, pero hago aquello). Por lo tanto, nuestra mente no se cierra y puede buscar las mejores soluciones para los conflictos. Dicho de manera diferente, las afronta como un reto y no como una guerra evitando así, estresar al organismo. Es decir, estamos pasando por un momento difícil o se nos presenta de repente y lejos de alterarnos, mantenemos la calma, somos capaces de controlarnos y no nos dejamos llevar por las emociones y sentimientos del momento. Así pues, la serenidad es sinónimo de la gestión emocional adecuada, de saber cuándo, donde, con quién y sobre todo, en qué grado expresarlas.

Igualmente, también gracias a ella podemos adaptarnos a las nuevas situaciones o ambientes, tanto laborales, como familiares porque siempre buscamos el motivo principal de por qué nos perjudica. Somos conscientes de que los cambios conllevan nuevas experiencias y no siempre tienen que ser agradables, pero, aun así, no permitimos que alteren nuestro estado anímico. Somos de una manera en concreto, con una personalidad enfocada a disfrutar en todo momento o por lo menos, a no sufrir por cosas insignificantes, únicamente nos alteramos cuando nuestra vida está en juego.

Por: Omar el Bachiri

Psicólogo clínico y escritor