Disfunciones sexuales

Disfunciones sexuales

Ago 11, 2022 0 Por Omar El Bachiri

Una disfunción sexual es el malestar relacionado con la actividad sexual como por ejemplo, dolor, incapacidad de llegar al orgasmo, inhibición sexual, falta de erección, etc. Ahora, tiene que ser prolongado en el tiempo y de manera frecuente porque todos tenemos un mal día o una mala semana y el cansancio o el estrés tienen una relación directa con la función sexual. Sucede igual cuando hemos tenido pareja estable durante bastante tiempo y empezamos con otra diferente, al principio puede que tengamos ciertas dificultades. Indudablemente, leyendo esta definición se sobreentiende su problemática en la relación de pareja e incluso en uno mismo, pues no hay posibilidad de tocamientos íntimos.

El sexo es tan necesario como respirar o comer, su inhibición es desastrosa a nivel mental, es causa de ansiedad, de insomnio y de otros muchos trastornos. Sólo deja de ser perjudicial cuando su inhibición es de forma voluntaria, ya sea por celibato o por cualquier otro motivo. La persona decide no recurrir a él como forma de placer y encuentra otras formas de hacerlo y aquí es donde quiero hacer hincapié. Cuando la persona quiere tener relaciones sexuales pero su organismo se lo impide porque no funciona como es debido, es disfuncional. Decir que hay más de 400 diferentes pero las más comunes son la disfunción eréctil (impotencia), la eyaculación precoz y la retardada, para el hombre y por parte de la mujer, es el vaginismo y el deseo sexual hipoactivo (bajo deseo sexual). Referente a la impotencia, se produce de dos formas diferentes, la imposibilidad total de erección y la pérdida de la erección durante el sexo o justo antes de la penetración. Por su parte y retomando el deseo sexual hipoactivo, hay que decir que también se produce en hombres, sólo que en menor medida pero aún así, hay bastantes casos.

Esta disfunción se caracteriza por la pérdida del apetito sexual, es la apatía sexual o también denominada deseo sexual inhibido (SDI). La persona ya no fantasea con su pareja, ha perdido el interés sexual hacia ella pero aún así, la sigue amando. Sin embargo, esto no llega de repente y menos aún, sin causa alguna. Siempre hay un motivo detrás y se trata de encontrarlo porque puede ser debido a una higiene insuficiente por parte de la otra persona, olores desagradables por ejemplo, también a la falta de cariño, caricias, miradas, e incluso a los reproches o las maneras de decir las cosas, etc. Todos estos factores pueden ser potenciadores o desencadenantes de este tipo de disfunción. La pareja deja de arreglarse, se descuida y/o cambia su forma de comportarse y por ende, deja de atraer al cónyugue. Las conductas y palabras tienen un poder enorme en la excitación, la pueden potenciar o por el contrario, la puede inhibir por completo y un claro ejemplo es la educación sexual recibida en casa.

Según cómo nos la transmitan nuestros padres, sus creencias, experiencias, si es algo tabú, está mal visto o por el contrario, es algo normal y se trata como un tema más de conversación. Quiero dejar clara esta parte porque el 95% de las disfunciones sexuales se deben al factor psicológico, a la ansiedad, miedos, mitos, etc. es decir, a la forma de interpretar el acto sexual, su intensidad y duración. Al miedo de no cumplir con las expectativas puestas en él y pensar que la otra persona nos infravalorará pues pensará que no somos capaces de satisfacerla. Igualmente y siguiendo con la (SDI) hay que diferenciar entre la general  y la selectiva, es decir, entre la inhibición sexual con una persona pero no con otras y lo mismo con las actividades sexuales, quizás unas despierten deseo y otras no. De ahí la importancia de la variedad en las posturas y los juegos sexuales y como se podrá entender, también tiene que haber una buena comunicación verbal en la relación, si no, es imposible expresar las fantasías de cada uno.

En el sexo, cuando ambos están de acuerdo es casi imposible diferenciar entre lo normal y lo anormal, hay quien tiene los pecho sensibles, los pezones, los pies, el cuello, la cintura, las orejas, los labios de la boca, etc. son zonas que disparan la líbido y la persona se excita antes y/o durante más tiempo. Por lo tanto, pueden ayudar a superar una disfunción sexual, se trata de conocerse a sí mismo para poder explicarle a la otra persona dónde tocar o no hacerlo para así mejorar el acto sexual. Dependiendo de la disfunción, las caricias, palabras, besos, lametones, etc. funcionan mejor para unas que para otras. A su vez, es vital no olvidar la importancia de las palabras porque según su tono de voz y el momento del acto sexual pueden aumentar la excitación o por el contrario, pararla en seco. Con todo esto quiero decir que una vez acudido al médico para descartar cualquier disfunción del organismo, haciendo una terapia sexual adecuada se puede volver a disfrutar del acto al 100%. Así mismo, como causas médicas las más comunes son la diabetes, hipertensión, obesidad, colesterol elevado, entre otras más relacionadas con el corazón.

Así que como estarás viendo la parte psicológica es la más afectada y esto nos dice que nuestros pensamientos guían nuestra excitación y la posterior conducta sexual. Se trata de disfrutar el acto, no de competir para ver cuánto aguantamos, habrá días que duraremos más que otros pero eso no significa que sea mejor ni peor, hay momentos para todo. Para acabar rápido, aguantar más tiempo, tener más pasión,  hacer más jugueteos eróticos, más caricias y dar más besos, etc. Hay que saber apreciar cada acto sexual por separado y de esta forma eliminar la posible presión mental que tengamos porque también hay quien disfruta más con el sexo oral que con la penetración, ya sea vaginal o anal. Como he dicho anteriormente, cada uno tiene sus puntos débiles y no por eso, somos más raros o más comunes. Paralelamente y para concluir el artículo, muchas disfunciones sexuales se adquieren por una mala experiencia sexual o mejor dicho, por una interpretación errónea porque ha chocado con nuestras creencias.

Por: Omar el Bachiri

Psicólogo clínico y escritor