Síndrome del copo de nieve

Síndrome del copo de nieve

Feb 12, 2023 0 Por Omar El Bachiri

Este síndrome hace referencia a la educación demasiado sobreprotectora, cuando los padres en vez de ayudar a los hijos a superar las dificultades, las eliminan y desgraciadamente, les están quitando la posibilidad de aprender. Quieren que no sufran el malestar y la frustración pero estos sentimientos son tan beneficiosos como el bienestar y la alegría. Es más, son imprescindibles para fortalecer la resiliencia y así, aprender de los errores y sobre todo, para conocer nuevas maneras de pensar y/o actuar. Esta forma de educar los hijos aunque parezca maravillosa es nefasta dado que crecen en un ambiente irreal, creado a medida. Son niños exentos de afrontar situaciones conflictivas durante toda su vida y cuando de repente se topan con la realidad, no disponen de herramientas cognitivas para afrontarla de manera constructiva.

Se sienten impotentes, incomprendidos, frustrados y se irritan con cualquier idea que no esté en consonancia con las suyas. Por desgracia, esto se traduce en una actitud infantilizada, solo que a nivel social se entiende como alguien mimado y con una personalidad centrada en sí mismo, (egoísta). Como el mundo no gira a su alrededor y además, tienen que esforzarse por conseguir sus objetivos personales, es injusto. Esto por un lado y por el otro tenemos el mismo ejemplo pero a nivel social, cuando un puñado de personas interpreta como ofensa palabras, gestos y comentarios aceptados socialmente.

Son un conjunto de personas que cuando las cosas no salen como ellas quieren se enfadan, se comportan como niños. Viven en las nubes y quieren evitar de cualquier manera la realidad, la quieren a medida y claro, esto es imposible. Entonces, inevitablemente aumentan los casos de gente trastornada mentalmente, la ansiedad y la depresión están a la orden del día. No entienden o no aceptan que el mundo no ceda a sus caprichos cuando siempre han escuchado que eran los más guapos y mejores de la clase, que llorando un poco lo tenían todo solucionado, han sido criados bajo la teoría del mínimo esfuerzo, la parsimonia.

Entienden que cuanto menos hagan, mejor les irá y claro, esta ha sido su realidad hasta que han tenido que salir a competir con igualdad de conclusiones que los demás. Vivimos en sociedad y esto se traduce en mucha gente luchando por los mismos objetivos, con lo cual, si nos estamos preparados mental, física y académicamente, la cosa se complica bastante. No se trata de ser los mejores, sino, de ser bastante buenos como para conseguirlos y paralelamente, de no frustrarse y abandonar por haber fracasado. La cuestión es entender y aceptar la competencia para así, seguir intentando llegar a la meta. Esto último define la determinación y la constancia, dos conceptos que jamás desarrollan los hijos sobreprotegidos pues para ellos, querer es poder y para el resto, el querer se traduce en un aumento de las posibilidades de obtenerlo.

Por: Omar el Bachiri

Psicólogo clínico y escritor