3, 2, 1 y ya somos vagabundos

3, 2, 1 y ya somos vagabundos

Nov 8, 2021 0 Por Omar El Bachiri

La transición de ser un ciudadano más a ser un vagabundo es más sencillo de lo que parece. Si no tenemos ahorros y estamos unos cuántos meses sin recibir ningún ingreso económico, se retrasan los pagos. Acumulamos deudas y esto se traduce en el desahucio de la vivienda, nos echan de ella. Entonces, a partir de ese mismo momento dejamos de existir para la sociedad, dado que en cualquier documento oficial nos piden la dirección de residencia.

No tener donde vivir es lo peor que nos puede suceder, es desastroso para la mente. Está continuamente entre la ansiedad y la depresión, es un estado de desesperación porque perdemos la condición de ser humano. Somos animales de costumbres y lo más importante es volver al hogar para descansar, es nuestro templo, un lugar donde no hay presión externa. Entonces, para no llegar a esta situación, tenemos que adquirir el hábito de ahorrar un mínimo del 20% de nuestros ingresos anuales. La idea es juntar un capital económico para poder estar todo un año sin trabajar o por lo menos, acumular para estar tres meses seguidos. No es mucho tiempo pero ya nos da cierta libertad para decidir cómo reconducir la situación.

Tenemos que asegurar el pago del alquiler o hipoteca, electricidad, alimentación y vestimenta. Por consiguiente, contesta a esta pregunta: ¿Cuánto tiempo aguantarías sin cobrar tu nómina o sin que tu negocio facture? La mayoría de ciudadanos no aguantaría ni dos meses y es debido a la poca cultura del ahorro. Vivimos en una sociedad donde prima vivir al día y no pensar en el mañana aunque paralelamente, la gente se endeuda a una media de 25 años con el banco. Es algo contradictorio y absurdo, vivir por encima de sus posibilidades y querer pertenecer a una clase social que no corresponde.

Aunque también hay quien no se endeuda pero tampoco ahorra y el resultado final es el mismo, vivir penurias y merodear en la calle. No importa la cantidad de dinero que ganemos, importa la cantidad ahorrada una vez finaliza el año. La vida da muchas vueltas y sólo hay una cosa segura, la muerte. Todo lo demás es circunstancial y temporal, con esto quiero decir que hay que ser previsores y estar preparados económicamente para afrontar los obstáculos que puedan aparecer.

Ahora si, una cosa tiene que quedar clara, jamás hay que dejar de pagar la vivienda, es lo ultimo que hay que hacer. Aunque no tengamos para comer, la electricidad o vestir, la vivienda es innegociable porque siempre habrá alguien que nos ayude o el mismo gobierno nos ayudará a conseguir alimentos y ropa, pero desgraciadamente, una vez nos echan de nuestra casa es muy difícil volver a reincorporarse al círculo social.

Quien disponga de un vehículo dormirá en él, irá deambulando por la ciudad hasta encontrar un lugar donde aparcar y ahí pasar la noche. Revertir esta situación claro que es posible pero tiene un precio emocional enorme. No importa si más tarde volvemos a recibir ingresos económicos, la mente queda trastornada y en muchas ocasiones hay quien abusará de las drogas legales (tabaco, alcohol y medicación psicotrópica) para no hundirse tan rápidamente y/o remontar la situación.

En definitiva, frente a los problemas económicos, la prioridad tiene que pasar por pagar primero la vivienda y luego todo lo demás. El organismo tiene que tener donde refugiarse y recuperar energías, sin nuestra cueva no somos nadie.

Por: Omar el Bachiri

Psicólogo clínico y escritor