Adicción al amor tóxico

Adicción al amor tóxico

Jul 15, 2022 0 Por Omar El Bachiri

Es la adicción al malestar, a discutir innecesariamente, sólo como forma de distracción. La persona no concibe la relación de pareja sin discusiones o mal rollo, es más, si no se siente menospreciada cree que no es amada. Encuentra normal que la otra persona sea celosa, agresiva y que pague con ella los platos rotos. Igualmente, hay que decir que en este tipo de relaciones predomina la indiferencia y el menosprecio, se infravalora a la pareja y en muchas ocasiones, se la tacha de inútil. Ahora, eso sí, ambos conyugues son infelices, el que proyecta la toxicidad actúa de esta manera porque no conoce otra forma de demostrar sus sentimientos y además, es incapaz de controlar sus impulsos, dice las cosas tal cual las piensa.

Por su parte, la receptora es alguien con una carencia afectiva enorme y con una necesidad de ser el centro de atención de alguien más pero aun así, sigue unos criterios para escogerlo. Tiene que ser alguien que la menosprecie, la humille y la degrade, si es todo lo contrario pasa de él. Si es cariñoso, educado y atento con ella, enseguida se cansa y lo abandona.

Su adicción la obliga a vivir en el conflicto para sentirse valorada, lo considera como una pieza indispensable el amor. Por eso mismo se relaciona con gente que proyecta toxicidad porque le facilitan la vida y la mantienen motivada en todo momento. Igualmente, este comportamiento empieza desde la primera cita, la persona malinterpreta las señales de la parte contraría, entiende el desprecio como afecto y la indiferencia como una forma de no querer discutir, cuando realmente le está demostrando que es alguien que pasa olímpicamente de ella y que sólo la quiere para un rato.

Es decir, la parte tóxica ya la está avisando de cómo será la relación porque como he escrito más arriba, no conoce otra forma de expresarse. Tenemos que tener en cuenta que reflejamos tanto las virtudes como las carencias y los otros lo ven, entonces, sólo se nos acercan perfiles parecidos o que quieren llenar el vacío, ya sea el nuestro o el suyo. Es decir, quieren complementarse como seres humanos, algo de lo más natural, sólo que malinterpretado. En vez de llenar el bote de afecto, cariño y buenos momentos, lo hacen de rencor, odio y sufrimiento.

Por: Omar el Bachiri

Psicólogo clínico y escritor