Adicto a los medicamentos opiáceos (antidolor)

Adicto a los medicamentos opiáceos (antidolor)

May 23, 2021 0 Por Omar El Bachiri

 

Es muy rápida la transición del placer a la dependencia en esta medicación y todavía peor, dar el paso hacia la heroína. Ya lo dice su propio nombre, medicamentos opiáceos, proceden del opio, igual que la misma heroína. Tanto esta droga como los medicamentos, una vez en el organismo se sintetizan en morfina. Un potente analgésico inhibidor del dolor, produce sedación, somnolencia y en pequeñas dosis, euforia y relajación. La persona queda en estado de calma total, cualquier problema personal que pueda tener queda aparcado, desaparece temporalmente. Pero antes de entrar en materia hablaré un poco sobre los medicamentos que crean más adicción, a parte de los opiáceos, también están los antidepresivos y los ansiolíticos.

Los tres forman parte de las llamadas drogas legales, pero se diferencian en su modo de compra, tienen que ir acompañados de una receta médica, sino, es imposible adquirirlos, hacerlo de otra manera es ilegal. Sin receta no puedes tener acceso a ellos. Son medicamentos casi milagrosos, te los tomas y tus problemas mentales o dolores físicos ( dolor de espalda, de piernas, de codos, etc.) desaparecen temporalmente en un santiamén. Puedes dormir, descansar e incluso hacer vida normal, sin dificultades mentales.

Esto por un lado y por el otro, la palabra adicción es sinónimo de sumisión total, ya sea hacia una sustancia, conducta o persona. Pierdes la voluntad y la capacidad de decisión, eres consciente de los efectos negativos que te produce pero no puedes evitar pensar en tu droga. Solo te importa el beneficio inmediato, sin tener en cuenta las consecuencias a largo plazo. Estás en estado de choque, angustia, temblores y en ocasiones incluso, tienes paranoias y este estado mental te obliga a consumir, ya no sientes placer, sino, la necesidad de reducir este malestar. Acabo de definir la abstinencia, es un estado de angustia horroroso y es debido a este estado anímico que se hace tan difícil alejarse de la sustancia o persona.

Pero antes de continuar, quiero matizar en la palabra droga, esta significa producto o conducta que altera el estado anímico. En muchas ocasiones, el consumo de la sustancia nociva va acompañada de la disonancia cognitiva, estoy hablando de la manera de pensar. Somos conscientes de los efectos del acto a realizar  pero aun así cedemos a él, buscamos excusas para justificarnos (de algo tenemos que morir – El cannabis solo es hierba – Con la medicación funciono mejor – Mi pareja me humilla constantemente, pero me quiere, etc.) Se buscan excusas para no dejar de repetir la conducta perjudicial o por lo  menos, no alejarnos de ella.

Por mi parte, tengo 26 años y un aspecto físico demacrado, los dientes podridos y los pocos que me quedan son de color marrón, en cuestión de 4 años he pasado de pesar 90 kilos a solo 58, ten en cuenta que mido 1.80 ms. Voy deambulando de trabajo en trabajo, soy incapaz de mantenerlas más de 10 meses seguidos, aunque gracias a las ayudas del estado tengo donde dormir y comer, sino, me vería obligado a robar o traficar y acabaría en la prisión o en el cementerio prematuramente.

Hay un tercer lugar donde acabamos los adictos a las drogas, en el hospital, personalmente he estado dos veces por sobredosis. Entendido esto, te explico como he entrado en el consumo de la heroína, empecé consumiendo oxicodona de manera legal. Mi madre tenía cáncer y para paliar los dolores tomaba este medicamento, recetado por el médico. En una ocasión me disloqué el hombro y en urgencias me la volvieron a colocar en su sitio. Hasta aquí todo iba bien, pero pasados unos días el dolor no cesaba y mi madre viendo mi sufrimiento me ofreció probar su medicación y efectivamente, resultó milagrosa.

El dolor ya no era tan intenso, podía dormir toda la noche sin interrupciones, después, por la mañana me volvía a tomar otra y podía hacer vida normal. Durante el día estudiaba en la universidad y por las tardes jugaba en el equipo de rugby de la ciudad. Era como un milagro, me tomaba las pastillas y todo volvía a ser cómo antes del accidente, me sentía el amo del mundo, volvía a estar en el punto de mira de los seleccionadores de los otros equipos.

Desgraciadamente, como en cualquier adicción, mi organismo se habituó a la cantidad de la droga y tuve que aumentar la frecuencia de consumo, si en un principio tomaba dos diarias, ahora ya eran 4, solo para obtener el mismo resultado, la tranquilidad mental y la desaparición del dolor. Con esta explicación quiero que entiendas cómo funciona la sobredosis, el organismo necesita cada vez más cantidad y en ocasiones la persona no la calcula bien y le administra demasiada. Esto solo duró 9 meses, porque mi madre superó el cáncer y como resultado le sacaron la medicación.

Aquí es donde empezó mi final, como ya no tenía acceso a la medicación de forma legal, lo hice de forma clandestina (ilegal),  pero claro, el precio no era el mismo, con receta médica es casi gratis, lo financia el estado. Viendo el precio tan abusivo, no me quedó más remedio que irme a la heroína, una alternativa igual de eficaz pero 10 veces más barata. Como tengo miedo a las jeringuillas, me la fumo o lo esnifo, segundos con quienes esté, pero aun así, es muy curiosa la historia de esta droga, se creó como medicamento para tratar la tos, el año 1892.

La comercializaba la casa Bayer y no fue hasta el 1940 cuando se prohibió su consumo. Se dieron cuenta que la gente se volvía adicta enseguida, una vez curados, todavía continuaban con su consumo. A parte de esto, los efectos secundarios eran peores que los propios beneficios. Entonces, se decantaron por la codeína, el principio activo del jarabe de garganta, es igual de eficaz pero no tiene efectos secundarios y no es tan adicto, pero aún así, hay gente enganchada a estos jarabes.

Por: Omar el Bachiri

Psicólogo clínico y escritor