Afrontar los conflictos sin perturbarnos mentalmente

Afrontar los conflictos sin perturbarnos mentalmente

May 20, 2022 0 Por Omar El Bachiri

Nuestro bienestar mental depende totalmente de nuestra forma de interpretar los conflictos y sobre todo, de cómo los gestionamos. Los podemos interpretar como una desgracia o como una lección para aprender y salir airosos de ellos. Se trata de cambiar los sentimientos hacia ellos, dejar de lado el orgullo y aceptar la realidad tal cual se presenta. Es una cuestión de adaptación a las circunstancias y para conseguirlo sin traumatizarnos, tenemos que aprender a relativizarlos. No es lo mismo estar en casa que en la calle, como tampoco es lo es ir en nuestro propio vehículo que en el transporte público y así con cualquier ejemplo. Tenemos que ser capaces de valorar las situaciones según la forma en que nos afecten en el mismo momento, sin pensar en cómo lo harán más adelante. De esta manera podremos valorarlas como negativas o simplemente como un obstáculo, un contratiempo.

Tenemos que comprender que el cerebro actúa por coherencia conductual, nos transmitirá las emociones más adaptativas a los sentimientos que estemos viviendo. Si estamos frustrados o enfadados, nos enviará emociones como la rabia, el miedo y la tristeza, ahora, si nos mostramos indiferentes o contentos porque le hemos dado la vuelta al significado, el cerebro nos transmitirá alegría o sorpresa. Esta última viene relacionada con el estado de choque, somos conscientes de que la situación no es buena pero aún así somos prudentes con la reacción. La analizamos antes de actuar, nos mostramos prudentes, ya tendremos tiempo para llorar o frustrarnos. Es decir, somos proactivos y no reactivos, preferimos controlar la situación hasta que estemos fuera de peligro y a partir de aquí buscar la mejor manera de afrontarla. La cuestión es saber con quién enfadarse, cuando, como y con qué intensidad. – ¿Lo haremos con nosotros mismos o con alguien más? –

Nos mostraremos con ira y agresividad o lo haremos con serenidad pero hay que tener en cuenta que el mensaje será el mismo, mostrar nuestro desacuerdo. Desgraciadamente, el cerebro no entiende de formas, él es reactivo, activará nuestro organismo para la lucha, la huida o para disfrutar de la situación, o por lo menos, para sacarle alguna lección. En resumidas cuentas, se trata de saber gestionar las emociones y de potenciarlas a nuestro favor. De igual forma también hay que saber cuándo parar porque tanto el estrés prolongado como la indiferencia acaban pasando factura a nuestra mente. No se trata de vivir en la mentira, sino, de engañar al cerebro temporalmente para que nos sea favorable pero una vez acabada la situación problemática tenemos que volver al estado mental anterior. Esto es así porque los pensamientos que no van seguidos de las conductas no llevan a ningún lugar.

Por: Omar el Bachiri

Psicólogo clínico y escritor