¿Tiene que preocuparme la opinión que los demás tengan de mí?

¿Tiene que preocuparme la opinión que los demás tengan de mí?

May 6, 2022 0 Por Omar El Bachiri

Preocuparse por la opinión que tienen los demás sobre nosotros es natural e incluso saludable. Nos mantiene informados de cómo actuamos socialmente pero hay que saber filtrar a la gente y para ello hay que saber diferenciar entre el concepto y el autoconcepto, porque no siempre coinciden entre ellos. El primero nos transmite la información que tienen los otros sobre nosotros y el segundo, nos hace de guía para interactuar socialmente. Por eso mismo no podemos dar credibilidad a todo el mundo porque no todos tienen la misma influencia económica ni emocional sobre nosotros, dos pilares fundamentales del bienestar.

Resumiendo seria: sólo tenemos que preocuparnos de quién nos paga las facturas, colabora en nuestros ingresos económicos y/o nos aporta emociones positivas. En definitiva, si no suma con su comportamiento, ¿por qué permitir que nos reste emocionalmente?

Aquí tenemos que ser objetivos y prácticos, es decir, si no nos altera el bienestar no tiene sentido darle importancia a sus palabras. Sólo tenemos que preocuparnos de quien nos puede modificar la situación económica y/o la sentimental, puesto que nos puede condicionar el ritmo de vida. Todos somos conscientes que si estamos mal en el trabajo y/o en casa, sufrimos un desgaste emocional enorme. Esto por un lado y por el otro, en muchas ocasiones la gente habla sin saber la realidad de las situaciones, tienen una información basada en los estereotipos y alimentada por sus creencias y consecuentemente, se crean su propia versión de los hechos, dando como resultado una nueva realidad.

Eso si, paralela pero en sentido contrario e indudablemente puede ser un obstáculo para conseguir nuestros objetivos personales. Pero simplificando el artículo, si analizamos la situación veremos que realmente nuestro bienestar recae sobre las personas más cercanas y estimadas que tenemos. Las valoramos por su forma de ser, no por sus posesiones, ya sean compañeros de trabajo, amistades, familiares, conocidos, etc. Con esto quiero decir que es su opinión la que nos tendría que preocupar porque sin duda alguna, hablan con conocimiento de causa y nos dicen la cosas por nuestro bien, no para dañarnos, ni por envidia.

Por: Omar el Bachiri

Psicólogo clínico y escritor