Las neuronas espejo

Las neuronas espejo

Abr 23, 2022 0 Por Omar El Bachiri

Se encargan de que podamos copiar los gestos y sentimientos percibidos en los otros (mimetismo). Es como si estuviéramos viéndonos en un espejo y la conducta ajena fuera la nuestra. Un buen ejemplo es cuando vemos alguien comer un limón y pone cara agria, inmediatamente gesticulamos del mismo modo, pues con la gente negativa o tóxica que nos rodea sucede exactamente igual, empezamos a pensar y razonar igual que ellos. ¡Repetimos sus mismas palabras y hacemos nuestras sus frases!

Sin embargo, estas neuronas son una herramienta cognitiva brutal si las sabemos utilizar a nuestro favor, tienen la capacidad de cambiar el estado anímico de cualquier situación en la que estemos interactuando. Otro ejemplo es cuando entramos en un establecimiento y saludamos con una sonrisa, raramente no nos contestan del mismo modo, con otra sonrisa. Es un efecto de la conducta no verbal y es que la postura corporal y los gestos de la cara y de las manos dicen más de nosotros de lo que podamos pensar.

Las palabras se pueden manipular, se pueden memorizar y decirlas de cualquier manera pero las emociones que las acompañan son inevitables. Por eso mismo se habla de energía positiva y negativa en relación a las personas, es una sensación de bienestar o malestar que transmitimos sin darnos cuenta. De aquí la importancia de ser conscientes de su función ya que nos pueden facilitar mucho la vida si las usamos adecuadamente.

Las podemos utilizar para recibir un mejor trato cuando interactuamos con más gente, mientras hablamos con ellos podemos visualizarnos en frente de un espejo y así saber cómo queremos que nos vean y de esta manera condicionar su respuesta. Es como hacer una entrevista estructurada, estamos guiando a la persona hacia donde queremos y en este caso, le estaremos provocando unas emociones y sentimientos a nuestro favor.

Resumiendo seria: “Si quieres que te sonrían, hazlo tú primero y si quieres malestar, expresa melancolía o rechazo social”. Esto es así porque la mente es la que interpreta las señales para avisar al organismo de si está en peligro o por el contrario, puede disfrutar de la situación.

Por: Omar el Bachiri

Psicólogo clínico y escritor