Antidepresivos, ansiolíticos y estado mental

Antidepresivos, ansiolíticos y estado mental

Sep 10, 2023 0 Por Omar El Bachiri

Hay quién toma medicación psicotrópica para superar la angustia, un estado depresivo y/o ansioso y paralelamente, hay quién practica ejercicio físico. Ciertamente el resultado será el mismo, la calma mental pero la segunda manera de conseguirlo refleja una actitud activa y paciente. La gente que se comporta de este modo, además de buscar la tranquilidad mental, también busca la salud física porque es consciente de que van de la mano, “mens sana in corpore sano”. Cuanto mejor estemos físicamente, menor será la probabilidad de enfermar mentalmente y viceversa, mejor estamos mentalmente, menor serán las ganas de consumir sustancias químicas. Es decir, la gente que ha entendido que el ejercicio físico es la mejor herramienta para equilibrar el estado anímico suele llevar un estilo de vida activo y una alimentación sin demasiados excesos, come de todo pero cuidando de no consumir muchas grasas. Igualmente, tampoco abusa del alcohol, ni del tabaco, los consume de manera social, de vez en cuando y mayoritariamente, cuando está reunida para festejar algún momento especial, como puede ser una cena, un cumpleaños, un bautizo, una boda, etc. Lo hace para compartir el momento, no por una necesidad física, como sería el caso de la gente que bebe alcohol y/o fuma regularmente o se automedica.

Gente impaciente, que quiere resultados inmediatos porque ha aprendido que tanto el alcohol, como el tabaco y los medicamentos psicotrópicos alteran el estado anímico en cuestión de pocos minutos, nos pueden calmar o excitar, según nos interese. Es más, incluso nos pueden dormir si lo deseamos, podemos tener insomnio y consumir somníferos en vez de hacer ejercicio físico intensamente por así cansar el cuerpo y dormirnos con más facilidad. Es inevitable, entrenando a menudo y de manera intensa llega un punto que el organismo quiere descansar y nos lo pide con el sueño. Por eso mismo es tan interesante entender cómo funcionan estos tipos de drogas legales, que aunque no estén prohibidas por la ley, son drogas y como tal, tienen efectos similares. Pueden calmarnos, excitarnos, dormirnos o perturbarnos la memoria. Por lo tanto, son tres sustancias que generan mucha adicción y particularmente, los medicamentos psicotrópicos, como por ejemplo los somníferos, tranquilizantes o los antidepresivos. La cuestión es saber que actúan directamente sobre el sistema nervioso central (SNC) y lo hacen a través de las conexiones neuronales, concretamente alterando los neurotransmisores.

Según qué medicamento tomemos bloquearemos su absorción o viceversa, facilitaremos su segregación, así de simple, es pura biología. Entonces, según nuestra manera de ser: si somos impulsivos, impacientes, perezosos, activos, energéticos, etc. nos decantaremos mayoritariamente hacia uno de los dos lados. Abusaremos de las sustancias o haremos actividades físicas de manera regular (4 – 5 veces por semana). Es evidente que la segunda manera es más saludable pero por el contrario, necesita de más tiempo para mostrar sus efectos favorables. Se podría decir que es una inversión en nosotros mismos dado que, aunque sea un proceso más largo, también tarda más en desaparecer una vez ha hecho efecto. Por eso mismo los psicólogos lo recomendamos siempre y simultáneamente, acentuamos la importancia de la alimentación dado que, es un factor determinante en cuanto a la energía de la persona. Por lo tanto, según las situaciones se recomienda el consumo de medicación psicotrópica pero siempre tiene que ir acompañado de actividad física intensa.

Es un binomio y la respuesta es muy sencilla de entender porque mientras hacemos ejercicio físico nuestro organismo segrega unos químicos que nos generan placer y bienestar emocional. Luego, algo similar sucede con la alimentación, hay ciertos alimentos que también provocan su segregación, dando como resultado un estado anímico alejado tanto de la depresión como de la ansiedad y propensos a la activación energética. Así pues, una vez explicado la similitud entras estas sustancias y el deporte procederé a explicar qué químicos son estos que segrega nuestro organismo. Por consiguiente y referente a los ansiolíticos más utilizados actualmente, pertenecen a la familia de las benzodiacepinas (Diazepam, Lorazepam, Oxazepam, Alprazolam, Flunitrazepam, Loprazolam, etc…). Actúan sobre el GABBA, un neurotransmisor inhibidor encargado de frenar la sobreexcitación de las neuronas, ayudando así a controlar el estrés y la ansiedad. Se prescriben para tratar los ataques de pánico, insomnio, comportamientos compulsivos e incluso también para la epilepsia, abstinencia alcohólica y los espasmos musculares. En contrapartida, su abuso comporta ciertos efectos secundarios: pérdida de memoria (amnesia), mareos, náuseas, pesadillas, cambios de humor, de comportamiento y lentitud psicomotriz, además de perder tanto las ganas de comer, como de practicar sexo.

Por lo tanto, como dice el famoso anuncio de la DGT: si bebes, no conduzcas; pero tampoco tomes ansiolíticos porque puedes dormirte al volante. Por su parte, los antidepresivos más utilizados actualmente, son los ISRS (Inhibidores Selectivos de Recaudación de Serotonina) y se venden bajo nombres como Citalopram, Escitalopram, Fluoxetina, Paroxetina, Sertralina, Fluvoxamina, etc. Este neurotransmisor regula el estado anímico y el hambre, su incremento produce una sensación de calma que nos aleja de estados depresivos y, además, nos permite conciliar mejor el sueño porque regula la liberación de melatonina. Entonces, bloqueando su reabsorción (recaudación) se consigue que esté disponible durante más tiempo, dando como resultado la calma, la paz mental tan deseada por todos. Aun así, su abuso también comporta ciertos efectos secundarios: alteraciones digestivas, boca seca, dolor de cabeza, ansiedad, temblores, vértigo, alteraciones en la eyaculación y también pérdida de las ganas sexuales. Sin embargo, la actividad física intensa sólo aporta que ventajas: mejora la capacidad respiratoria y reduce el estrés dando como resultado poder dormir mejor y entre muchos más, también aumenta tanto las ganas de comer, como las sexuales dado que, fortalece la líbido.

Por: Omar el Bachiri

Psicólogo clínico y escritor