Ayahuasca, ¿Qué es?

Ayahuasca, ¿Qué es?

Jul 3, 2021 2 Por Omar El Bachiri

 

Antes de empezar a escribir quiero dejar claro el significado de la palabra droga, así no habrán malentendidos. Esta palabra significa, sustancia que una vez dentro del organismo crea, altera o modifica una conducta.

En este caso la sustancia es un líquido obtenido a través de la mezcla de dos plantas, la propia Ayahuasca (Banisteriopsis caapo) y la psycotría viridis, también denominada Chacruna y que contiene el alucinógeno (DMT, Dimetiltriptamina), sus efectos sobre el organismo duran entre 4 y 8 horas y empiezan a los 45 minutos de su ingesta. Como droga, siempre depende de las leyes de cada país para considerarla como legal o ilegal.

Después, la persona que se acerca a ella no lo hace por diversión, ni para huir de sus problemas, no es una droga recreativa, es más bien introspectiva, se acude a ella para conocerse mejor o para superar algún trauma, trastorno o adicción. Por otro lado, hay que tener cuidado con ella porque no es apta para personas con problemas mentales, ya que al ser alucinógena puede empeorar el estado perceptivo y dejar secuelas irreversibles. Si la persona ya de por sí, oye y ve lo que no hay, bajo los efectos de la droga puede tener una experiencia más nociva que beneficiosa.

Igualmente, por norma general su consumo siempre se hace en presencia de un guía (chamán), que ejerce de mediador entre la sustancia y la experiencia buscada, hay que tener en cuenta que bajo sus efectos perdemos el contacto con la realidad. Esto por un lado y por otro, también se puede sufrir ansiedad repentina, euforia y vómitos. Después, otra experiencia es la sensación del abandono del propio cuerpo, algo muy común en las drogas psicodélicas, igual que fantasear con la muerte y los espíritus.

Entonces, si tienes la intención de ir a un retiro de Ayahuasca, infórmate antes de los beneficios y perjuicios que obtendrás y sobre todo, de la formación de la persona responsable de guiarte durante la sesión. No todo el mundo se capaz de hacerlo.

Por: Omar el Bachiri

Psicólogo clínico y escritor