Crematomanía, la obsesión por acumular dinero

Crematomanía, la obsesión por acumular dinero

Mar 29, 2024 0 Por Omar El Bachiri

Cierto que todos queremos tener dinero para así, eliminar las preocupaciones económicas y si es posible, también reducir la jornada laboral. Pero una cosa es ahorrar teniendo un objetivo en mente y otra, es hacerlo por miedo a malvivir. Pues, la crematomanía es justamente esto mismo, pero se presenta de dos maneras diferentes. Una seria por el miedo a la penuria y la otra, por la necesidad de acumular bienes materiales (joyas, terrenos, locales, pisos, acciones bancarias, etc.) es decir, la persona necesita sentirse segura económicamente de alguna manera y diversifica su patrimonio.

Lamentablemente, también hay gente que confunde entre pagar al contado las compras, con financiarlas en cómodas cuotas y que desgraciadamente, acaban limitando su estilo de vida. Pero, aun así, les compensa vivir de este modo porque se han acostumbrado a convivir con las deudas y hacerlo de otra manera les resulta extraño. Priorizan la sensación de seguridad, aunque sea ficticia porque en cualquier momento, el banco o la entidad financiera de los créditos puede cortar el grifo y reclamar jurídicamente el dinero prestado. Esta situación la podemos ver con los desahucios o con la expropiación de los vehículos o los muebles cuando la gente deja de reembolsar los créditos. Por lo tanto, se puede decir que el miedo a no tener suficiente dinero es una fuente de malestar.

Pero, buscar la seguridad económica sin tener un objetivo en concreto, solo conduce a la desesperación porque no disponemos de ningún camino trazado y todavía menos, de una cantidad estipulada para garantizarnos el estilo de vida deseado. Entonces y para acabar, hay un estudio donde se resalta que la tranquilidad económica se consigue teniendo ahorrados 50.000 €, tener más no nos cambia la sensación de seguridad subjetiva. Así pues, quién los tenga, tendría que empezar a disfrutar más de la vida y dejar de ahorrar tanto dinero porque, si no, va a vivir en la desesperación. Nunca le será suficiente porque siempre encontrará motivos o excusas para seguir privándose de los placeres que su economía le permite.

Por: Omar el Bachiri

Psicólogo clínico y escritor