Dinero y emociones

Dinero y emociones

Abr 18, 2020 0 Por Omar El Bachiri

El dinero va asociado a la supervivencia, por eso su escasez provoca sentimientos de miedo y desesperación pero, también va asociado al bienestar. Por eso cuando hay abundancia produce placer. Es pensar en el futuro. Si será bueno o malo. La gran mayoría de veces no vemos el dinero, vemos una cifra en la cuenta bancaria y a partir de ahí surgen los pensamientos y las emociones.

Estos pensamientos vienen condicionados por la mente que tengamos. Si es de rico o de pobre. Es decir, por nuestra actitud hacia él. Nuestra forma de gestionarlo. Pensamos en adquirir activos, pasivos o simplemente gastarlo, sin más. Lo quieres para ganar esclavitud, tener deudas porque estás convencido de que vas a poder reembolsar el préstamo. Crees que tus ingresos nunca van a disminuir y podrás hacer frente a cualquier imprevisto. También lo puedes querer para invertir y que trabaje para ti. Ser su jefe. Luego, la tercera opción es vivir el momento. No le ves sentido a ahorrar ni para el mes siguiente. Tanto tienes, tanto gastas pero, no te endeudas. No gastas más de lo que ganas.

Según qué mentalidad tengamos frente al dinero, sufriremos de ansiedad (malestar) o alegría (bienestar). El dinero realmente lo que hace es que le asociemos emociones. Un claro ejemplo es cuando suena el teléfono y vemos que es el banco. Habrá gente que sentirá miedo, alegría o indiferencia. Según lo que haya hecho con el dinero. Si ha adquirido deudas, lo ha invertido o lo tiene ahorrado porque cuando no tienes nada, el banco no te llama.

¿Qué es un activo y qué es un pasivo? El primero es cualquier producto que te genera un ingreso y el segundo es justo lo contrario, te saca dinero, Es un gasto. Pero ojo, porque el mismo producto puede ser ambas cosas. (Parking, local y piso, etc). Si los tienes en alquiler, son activos y si los tienes para tu uso propio, son pasivos. Si dejas de trabajar, los pasivos se comen tus ahorros. Te acaban arruinando. Sin embargo, los activos te los mantienen o te los incrementan.

Haré 3 preguntas y con la respuesta de la tercera sabremos qué tipo de mente tenemos:  

– 1) Cuánto de tiempo has trabajado?

– 2) Cuánto dinero has ganado?

– 3) Cuánto tienes actualmente?

a) Si contestas que no tienes ni un céntimo. Significa que has vivido al día. Has disfrutado del dinero. Le has sacado provecho.

b) Si dices que has ahorrado. Está perfecto. Entiendes su función, comprar tiempo. Cuanto más dinero tengas, menos trabajarás en el futuro. O si quieres, puedes dejar de trabajar ahora mismo.

c) Si dices que aparte de no tener nada, tienes deudas. Es que no entiendes su función. Compras más pasivos que activos. Has pagado por trabajar. Mejor quédate en casa.

Te dejo una fórmula para ser consciente de tu riqueza económica. Dejando de trabajar ahora mismo, cuanto tiempo te mantendrías llevando el mimos tren de vida. ¿un día, una semana, un mes, años? Hay gente con propiedades y coches de lujo pero, están una semana sin trabajar y se arruinan. Tienen más gastos que ingresos. En cambio, hay gente que es más humilde que se pasaría años sin trabajar, porque tienen activos que les pagan su forma de vida. Dicho esto, te facilito otra fórmula para que predizcas tu futuro financiero. Piensa en las 5 personas con las que más te relacionas durante el mes y serás la media de entre ellos. El ser humano aprende por imitación, nos comportamos según lo que vemos y oímos. Si habláis de invertir, invertirás. Si habláis de pagar a créditos, también lo harás o si habláis de aparentar ser ricos, también lo harás. Es lo que viene a ser un ambiente tóxico, negativo u optimista.

Si tu entorno es tóxico y siempre está criticando al banco, tú también lo criticarás. Irás a pedir un préstamo, no lo negociarás, aceptarás lo que te proponen y luego cuando no puedas devolverlo, lo criticarás. Sin embargo, si es optimista y va al banco a preguntar por las posibilidades de invertir, tú harás igual. Luego, si es negativo y le tiene miedo al banco o a las inversiones. Tú harás igual. No querrás saber nada de la banca ni de las inversiones. Pero igual que digo un banco, pasa igual con cualquier trueque que hagas. Sea con una empresa o un particular. Entonces analiza cómo es tu entorno y entenderás tu forma de ver el dinero. Sabrás por qué lo asocias a la típica frase, – soy pobre pero honrado -. ¿Qué pasa, que ser rico es sinónimo de ser mala persona? Haz una estadística y verás que hay más delincuentes pobres que ricos. El dinero potencia lo que ya somos. No nos cambia. Saca a relucir nuestra virtudes y defectos. Te pongo el ejemplo de la lotería para que lo entiendas mejor.

Si eres una persona amargada y negativa, al principio, cuanto te toque la lotería, estarás eufórica pero transcurridos seis meses vuelves a tu estado anterior, la diferencia es que serás un amargado rico. Si eres generoso, lo serás todavía más. Las emociones te cambian temporalmente pero si no las trabajas, vuelven a ti. El dinero te puede arruinar la vida o dar muchas alegrías. Todo dependerá de tu contexto económico. Solo somos capaces de gestionar la cantidad de dinero que estamos acostumbrados a ganar. si nos dan más, se nos escapará. Es como si vertimos un litro de agua en una copa de vino, llegará un punto que se desbordará. Entonces si queremos mantener el litro de agua, cambiaremos el vaso por un recipiente más grande. Esto demuestra que el dinero es cualquier cosa menos racional. Nos dejamos llevar por la euforia o el miedo.

Te suena la palabra inconsciente? Pues no lo es tanto porque de aquí al consciente hay solo un paso. La mayoría de las compras se hacen por impulsividad. Estás en casa viendo la televisión y aparece un anuncio diciéndote, – compra esto te lo mereces -. Estás unos días pensando en él y después te olvidas. Pero vas por la calle y lo ves en una vitrina y lo compras. Te dejas llevar. No piensas si realmente te hace falta o te lo puedes permitir. ¿Quién no tiene un armario lleno de ropa que apenas usa?

Por: Omar el Bachiri

Psicólogo clínico y escritor