Eremofobia y dependencia emocional

Eremofobia y dependencia emocional

Mar 23, 2023 0 Por Omar El Bachiri

El miedo excesivo e irracional a la soledad es lo que viene siendo la eremofobia, un comportamiento muy incapacitante y por ello, la persona que lo sufre se rodea de gente que muchas veces no le aporta nada pero el miedo es tal que aun así, le compensa. Prefiere estar rodeada de más gente, antes que estar sola y es que estamos hablando de un temor a la soledad extremo pero con un origen vinculado a la carencia de habilidades cognitivas para interactuar socialmente. Es incapaz de mantener las relaciones en el tiempo y esto se y traduce en miedo al abandono y por ende, surge el temor a la soledad. La persona que lo sufre tiene pavor a estar sola en casa y tener que enfrentarse a ella misma, a sus pensamientos.

Por eso mismo, es capaz de realizar cualquier actividad grupal con tal de no estar sola, jamás se cuestiona su comportamiento y con ello, imposibilita el aprendizaje que conlleva la soledad. Es más, ni si quiera busca la productividad de sus conductas, sólo le interesa ocupar las horas sin más. De ahí que en cuanto alguien mínimamente atractivo le presta atención, se entrega por completo y deja su futuro en sus manos, ya que interpreta que la otra parte será capaz de llevar la relación mejor que ella. Esto por un lado y por el otro está la dependencia emocional, la imposibilidad de estar sin la persona amada. Es una relación más que tóxica, es la muerte en vida porque quien la padece está atada de pies y manos porque cualquier pensamiento que le surge está condicionado a la aprobación de la otra persona.

Ha delegado en ella su bienestar pero es una dependencia emocional con un solo factor a trabajar, la fobia a la soledad. Con lo cual, es más fácil de superar, dado que no hay apego a la otra parte como tal, sino, sólo a la necesidad de no estar solos. Es más, esta superación al miedo a la soledad es un motivo bastante común en las separaciones sentimentales, cuando la persona se percata de que su pareja no le aporta nada, sólo compañía. Con lo cual, una vez superada la fobia, automáticamente desparece la dependencia y con ella, vuelve la libertad. Ahora, para superarla primero hay que aceptar que somos seres independientes y que realizar actividades grupales está muy bien pero no son necesarias para una maduración correcta, sino, más bien, optativas.

También es cierto que aportan bienestar pero siempre y cuando sean realizadas de manera voluntaria y buscando precisamente esto, el bienestar y no buscando rellenar huecos. Con esto quiero decir, que analicemos qué conductas podemos realizar solos y cuáles en compañía y veremos que la mayoría de las acciones que realizamos la podemos llevar a cabo sin la necesidad de alguien más. Podemos ir al cine, a comprar, de viaje, montar en transporte público, leer, estudiar, hacer ejercicio físico, etc. Luego y la parte más importante: ¿Qué le aportamos a la otra parte?

Es decir, cómo nos definimos, qué virtudes y defectos tenemos ya que sólo conociéndonos y aceptándonos podremos estar en disposición de exigir a la otra parte los requisitos necesarios para estar con nosotros. Dicho de otra manera, conociéndonos y aceptándonos es como se supera la dependencia emocional porque conocemos nuestro valor social y por ende, no permitimos que nadie nos lo rebaje. Igualmente, y de forma paralela, exigimos reciprocidad en las relaciones, con lo cual, sabemos qué características buscamos en los demás.

Por: Omar el Bachiri

Psicólogo clínico y escritor