Estereotipos sociales y el síndrome de Wendy

Estereotipos sociales y el síndrome de Wendy

Dic 1, 2022 0 Por Omar El Bachiri

Las costumbres y los estereotipos dañan mucho a la sociedad cuando no se cuestionan sus motivos. Por su culpa mucha gente se ve condicionada a comportarse de cierta manera y adquiere funciones externas a ella. Específicamente, este síndrome hace referencia a cuando la persona sólo le encuentra sentido a su vida ayudando a los demás, se cree indispensable y consecuentemente guía su comportamiento en esta dirección. Es voluntaria para cualquier tarea familiar, laboral o social, busca el reconocimiento exterior, que los demás noten su presencia porque interiormente se siente vacía y con los halagos se llena.

Así mismo, este síndrome es mayoritariamente femenino porque está relacionado directamente con el rol social de cuidadoras que se les atribuye a las niñas desde muy pequeñas. A modo de ejemplo tenemos los anuncios donde salen cuidando bebés, cambiándoles los pañales, cuidando del hogar, etc. Se les está enseñando a sentirse realizadas a través del cuidado de los hijos y con el paso de los años hay quien deja de lado su vida para dedicarse completamente a la de los demás. Son mujeres que no saben delegar las tareas del hogar, cocinan, limpian, hacen la compra, se encargan de los hijos, etc. Se vuelven autoexigentes y consecuentemente, también aparece el sentimiento de culpabilidad cuando las cosas no salen como ellas desean.

Simultáneamente, cargan con una mochila emocional llena de obligaciones ajenas, dando como resultado la ansiedad y la depresión. Conviene subrayar que el cerebro necesita del ocio o por lo menos, de conductas placenteras para relajarse y regenerarse, con lo cual, cuando se ve privado de ellas, enferma. Igualmente, si estas mujeres tienen hijos les hacen los deberes escolares, no los dejan decidir por ellos mismos, es decir, les cortan las alas e inconscientemente crian futuros adultos dependientes emocionalmente. Así mismo, aunque los hijos puedan ir solos al colegio los quieren llevar ellas y así con cualquier comportamiento sobreprotector.

Pero es que con sus parejas sentimentales se comportan de manera semejante, aunque laboralmente estén de descanso o de vacaciones madrugan para que no les falte de nada. Preparan el desayuno, la comida, hacen la colada, los tratan como un rey en detrimento de su propia persona, sólo para gustarles todavía más y sentirse amadas. Ahora, no todo es oro lo que reluce porque en contra partida, tambíen son capaces de mentir con tal de que los demás interpreten que su presencia es indispensable. Esta es la otra cara de la moneda, la necesidad de ser aceptadas o queridas es tan grande que no dudan en manipular a sus seres queridos con tal de que necesiten de ellas.

Por: Omar el Bachiri

Psicólogo clínico y escritor