Gente atractiva pero mentalmente trastornada

Gente atractiva pero mentalmente trastornada

Abr 27, 2023 0 Por Omar El Bachiri

Tener un aspecto físico atractivo y/o una cara bonita pero estar mentalmente trastornados no tiene mucho sentido socialmente, es más bien una situación estéril dado que no es fructífero. Hay personas que hipnotizan con su aspecto físico pero en cuanto las conocemos un poco huimos de ellas, mentalmente están trastornadas. Viven en la ansiedad continua, tienen miedos irreales, celos enfermizos, delirios de grandeza, complejos físicos, etc. Peor aún, viven en el pasado, están rencorosas con la sociedad se han enfadado con el mundo y por lo tanto, si nos quedamos a su lado nuestro carácter se transforma por completo, perdemos nuestra propia esencia para adquirir la suya. Dejamos de lado nuestra vida, creencias y costumbres incluidas para mimetizarnos con la suya, nos absorben. Entendido esto, quiero añadir que no hay nada peor que intentar gustar a los demás de manera forzosa, queriendo agradar como sea pero desgraciadamente, cuando somos dependientes emocionales o no tenemos suficientes recursos económicos se nos hace bastante difícil por no decir imposible apartarnos de ellas o todavía peor, buscamos gente de este perfil. Personas dominantes que les gusta marcar el camino a seguir y que si no les obedecemos nos humillan e incluso nos degradan como seres humanos.

Así que, si tú eres una de estas personas trastornadas y quieres dejar de serlo antes de nada tienes que analizar tu comportamiento, buscar el motivo de tus pensamientos tan tóxicos porque una cosa es cierta, los pensamientos condicionan por completo nuestro comportamiento. Empiezan guiando ciertas conductas y acaban por controlar todo el repertorio, es decir, el comportamiento. Nos pueden convertir en mal pensados, orgullosos, victimas sociales, o todo lo contrario, nos pueden influenciar para ser optimistas, alegres y valientes. Entonces, igual que hay cremas para rejuvenecer o alimentos y ejercicios físicos para mantener la silueta en el estado deseado también hay maneras de pensar y razonar para mantener la salud mental en un estado óptimo, alejado de la ansiedad y la depresión. Es una metodología denominada ABC, la primera letra hace referencia a los pensamientos, la segunda a cómo nos afectan y la tercera a la conducta emitida. Esta metodología nos está diciendo que no son las circunstancias o situaciones las que nos afectan, sino, cómo las interpretamos: como malas, desastrosas, indiferentes, buenas o geniales. En resumidas cuentas, que la realidad es igual para todos sólo que podemos adaptarnos a ella y aceptarla pero cambiando su interpretación o negarla y así mantener una lucha constante con ella.

Por ejemplo: las palabras grasa, gordo, obeso, feo, inútil tienen un significado negativo pero sin embargo, su interpretación es subjetiva y por ende, su significado puede moldearse. Es decir, quien las emite se está refiriendo a lo que está viendo e interpretando pero quien las escucha les está dando un significado emocional personal, según sus creencias y por lo tanto, dando unos sentimientos en concreto. Con lo cual, se está dejando condicionar por su interpretación, está permitiendo que su estado anímico se altere por las palabras utilizadas por la otra persona. Está dejando en manos ajenas su comportamiento, está siendo reactivo en vez de ser proactivo, está reaccionando según sus emociones del momento, sin cuestionarse en cómo le pueden afectar en el futuro. Así que una metodología para dejar de comportarse compulsivamente es utilizando la regla de medir los sucesos. Se trata de valorar las sensaciones percibidas sin llegar a los extremos de antemano porque no siempre son tan malos como parecen.

Es más, raramente son discapacitantes, por lo tanto serán: desastrosas – muy malas – malas – “neutras” – buenas – muy buenas – magníficas. Luego, a partir de aquí escogemos qué sensaciones adjudicarles y seguramente el sentimiento de frustración o rabia será bastante inferior al que pensábamos en un principio. Más aún, muchas veces se acaba escogiendo la indiferencia porque una vez analizada la situación vemos que no es tan grave y además, todo es temporal porque o encontramos una solución o simplemente llega su fin, se acaba sin más. Sin embargo, dramatizando el sufrimiento dura mucho más y en ocasiones se vuelve crónico. Con estas dos últimas frases he definido el pensamiento positivo, el que surge de manera instantánea porque a base de utilizarlo se ha instalado en nuestro repertorio cognitivo. Esto se debe a haber razonado tanto las situaciones que hemos comprendido la función de las emociones y no es más que la de proporcionar los sentimientos más adecuados para afrontar las situaciones de la manera más productiva. Dicho de manera resumida, la mente siempre juega a nuestro favor con lo cual, según qué emociones le hagamos llegar, así interpretará las situaciones y por lo tanto, así nos hace sentir: depresivos, tristes, melancólicos, alegres, eufóricos, etc.

No es magia, es ciencia en estado su estado puro, está demostrado que según pensamos, así actuamos y por lo tanto, así nos sentimos. Por otro lado, un factor importante es el reflejo que transmitimos a los demás porque indudablemente, la conducta no verbal (gestos y miradas) dice más que la verbal, esta segunda puede camuflar los sentimientos, sin embargo, la no verbal es explícita e incontrolable. A modo de ejemplo para que se entienda mejor esto último: si nos duele la rodilla podemos no decirlo pero en cuanto nos vean caminar sabrán que nos duele pues con las emociones sucede exactamente igual. Nuestro cerebro nos hará cojear o correr según la información que le enviemos, así que siempre es más productivo no exagerar o dramatizar las situaciones salvo que esté en juego nuestra vida. Con esto quiero decir que no podemos controlar nuestro ambiente pero si cómo nos afecta mentalmente y sobretodo, que poniendo de nuestra parte incluso podemos modificarlo a nuestro favor.

Por: Omar el Bachiri

Psicólogo clínico y escritor