La personalidad narcisista

La personalidad narcisista

Abr 22, 2023 2 Por Omar El Bachiri

Explicado brevemente: es alguien con un ego desmesurado y paralelamente, con baja autoestima, por lo tanto, para equilibrar la balanza emocional tiene que recordar a todo el mundo y de manera reiterada sus logros. Explicado diferentemente, es la creencia sin base objetiva de ser los mejores en la mayoría de aspectos de la vida, como por ejemplo: la sexualidad, el aspecto físico, el trabajo, el deporte, la inteligencia, la cultura, etc. Pero igualmente, aunque en los demás aspectos no nos consideremos los mejores pensamos que con un mínimo esfuerzo también lo seriamos. Infravaloramos los logros ajenos dando a entender que son inferiores a lo nuestros y por lo tanto, no tienen mucho mérito. Con esta última frase se puede deducir porqué siendo narcisistas hablamos siempre de nosotros mismo, yo, yo y yo. Así mismo, el narcisista no se cansa nunca de repetir sus virtudes y cuando habla de sus defectos, no puede evitar hacerlo de manera constructiva y además, minimizando su importancia.

Es decir, se cree dios o por lo menos, un ser perfecto, alguien que raramente se equivoca y que cuando lo hace no lo reconoce y busca cualquier excusa para justificarse: tú, tú y tú tenéis la culpa de mis errores. Lamentablemente, este comportamiento conduce hacia las mentiras y la manipulación, buscando constantemente la aprobación social. Es la necesidad de gustar y cuando percibe que alguien le puede hacer sombra, intenta deshacerse de él como sea. Igualmente, también hay que reconocer que es beneficioso tener una idea positiva de sí mismo pero sin obviar la realidad en cuanto a las comparaciones con los demás. No siempre seremos los mejores igual que tampoco seremos los peores pero la persona narcisista lo ve de otro modo. Ella siempre se considera la mejor, confundiendo las ganas de serlo con realmente serlo y aunque la sociedad la contradiga, es incapaz de ver la realidad diferentemente. Pero es que igualmente, ser narcisista es muy estresante dado que tenemos que justificar todas las acciones sólo para demostrar que somos los mejores.

Por eso mismo las tres palabras más utilizadas por estas personas son: tengo, hago y soy más que tú reflejando así su poca empatía y distorsión de la realidad ya que la interpretan como una competición constante, siendo la victoria el único resultado favorable. Ahora, se distinguen varios tipos de narcisismo sólo que en este artículo los englobaré en dos diferentes: la persona que enfoca su belleza y sabiduría hacia el desprecio y la que lo hace hacia la admiración, quiere que la sociedad esté al corriente de su existencia. Desprecia cualquier momento o acción que no sea visible para los otros, es decir, si los demás no lo ven, no existe y por lo tanto, no tiene sentido hacerlo. En este segundo tipo predominan la necesidad de atención y el protagonismo, la persona se ve en la necesidad de ser el centro de atención. Se podría decir que es la inmadurez mental, la persona se ha quedado estancada en la adolescencia, puede tener 50 años y comportarse emocionalmente igual que cuando tenía 15.

Se inventa o exagera historias para mostrar que es alguien importante y la respuesta a este comportamiento la encontramos desde dos vertientes diferentes. Una desde la añoranza y la otra, desde la carencia de herramientas cognitivas para conseguir disfrutar de sus virtudes personales. La primera es cuando en la adolescencia la persona era popular porque todo giraba en torno a ella, la escuela, la familia y la calle. En la segunda por el contrario, la persona se inventaba una vida paralela para no pasar desapercibida, dando como resultado un bucle de mentiras y exageraciones. Con lo cual, esto incapacita relativizar las situaciones y por ende, también imposibilita realizar comparaciones igualitarias. Por otra parte, como considera que raramente se equivoca, está convencida de saberlo todo y se permite el lujo de opinar sobre cualquier cuestión, mostrando así su prepotencia y las ganas de ser una experta en cualquier materia. Esto último se denomina el efecto Dunning-Kruguer: es un error de interpretación de nuestras propias capacidades y conocimientos, dando como resultado su sobrestimación porque las generalizamos a cualquier ámbito social.

Es una falacia de interpretación, se asocian situaciones que no tienen nada que ver entre ellas como por ejemplo: no por el hecho de ser buenos economistas, significa que también seamos buenos inversores, como tampoco podemos considerarnos buenos pasteleros sólo porque seamos buenos panaderos. No son una asociación lineal y menos aún sinónimos pero sin embargo, la persona narcisista lo interpreta al revés. Además, exagera los conceptos llegando incluso a tener delirios de grandeza y consecuentemente, acaba cogiéndole placer a someter a los demás. En definitiva, acabo de resumir el primer tipo de narcisismo, el enfocado en el poder, el que centra sus virtudes hacia el desprecio de los demás. Es la maldad en toda regla, es la suma entre el poder que le otorga la jerarquía social y su nula autoestima. Es proporcional a la carencia de confianza en un mismo, cuando menos se tenga, más malvada será la persona.

Pero del mismo modo que refleja su maldad con el poder, también lo hace con el victimismo, la cuestión es mandar, dar órdenes e influir en los demás para conseguir sus objetivos personales porque es otra característica de su personalidad, el egoísmo. Sólo mira por su propio beneficio dado que desprecia e infravalora al resto de la sociedad pero eso si, no lo demuestra abiertamente. En muchas ocasiones lidera grupos políticos, empresariales, una ONG, comunidad de vecinos, etc. Actúa de tal manera que parece que esté mirando por el bien común pero realmente lo está haciendo para satisfacer su ego. Para sentirse importante y matizar que si no fuera por él, el resultado sería bastante inferior al obtenido. Es decir, comparte con el segundo tipo de narcisismo las ganas de mostrar su existencia y la necesidad de hacerlo supera su capacidad de control. No puede evitarlo, forma parte de su talante igual que la prepotencia y la arrogancia, dos conceptos que sin duda interpreta como virtudes.

Por: Omar el Bachiri

Psicólogo clínico y escritor