Tricotilomanía y tricofagia

Tricotilomanía y tricofagia

Abr 14, 2023 0 Por Omar El Bachiri

 

El primer concepto hace referencia a arrancarse el pelo y el segundo a comérselo. Aunque son independientes, muchas veces van unidos dado que la tricofagia puede ser consecuencia de la tricotilomania. De entrada, este segundo concepto está relacionado con la ansiedad y el aburrimiento, por lo tanto es una manera de calmarse o de pasar las horas muertas, arrancarse el pelo y dependiendo de la persona lo hará de la cabeza, de las cejas, de los brazos, piernas, etc. aunque mayoritariamente es de la cabeza y la incidencia mundial de este trastorno es del 2%. Es decir, la persona está nerviosa, angustiada, leyendo, viendo una película estirada el sofá, etc. y de manera inconsciente se estira de los pelos hasta arrancarlos, dando como resultado una zona calva.

Por su parte, la tricofagia hace referencia a las ganas incontrolables de comérselos, primero se los pasa entre los labios, sintiendo su textura para posteriormente morderlos y acabar deglutiéndolos solo que en este segundo caso, el aburrimiento no forma parte de los motivos, únicamente hay ansiedad. Lamentablemente, quien sufre estos trastornos puede dejar de relacionarse socialmente por vergüenza a ser juzgado por su aspecto físico dando como resultado muchas veces la melancolía o incluso un estado depresivo. Ahora, la mejor manera de abandonar estos comportamientos es con la terapia psicológica, una que se enfoque no tanto en el origen, sino, más bien en el motivo de su mantenimiento y paralelamente, buscar otras maneras de afrontar la ansiedad y el aburrimiento.

A modo de ejemplo: para calmar la ansiedad tenemos la parada del pensamiento compulsivo, se trata de cambiarlo por otro más productivo o exagerarlo y que la persona vea que no es para tanto o que a pesar de ser catastrófico, siempre hay soluciones no dramáticas. Sin embargo, en lo referente al aburrimiento el objetivo es hacer entender a la persona las consecuencias mentales que le aportan su conducta y así cambiarla por otra igualmente más productiva o por lo menos, no tan perjudicial.

Por: Omar el Bachiri

Psicólogo clínico y escritor