Gerascofobia: miedo irracional y excesivo a envejecer

Gerascofobia: miedo irracional y excesivo a envejecer

Oct 13, 2023 0 Por Omar El Bachiri

Envejecer y morir son dos conceptos que todos compartimos, seamos pobres, ricos, de un país o de otro. Todos los seres humanos estamos destinados a envejecer y morir tarde o temprano pero hay quien se resiste al primer concepto, se niega a aceptar la realidad de tener que envejecer. Así pues, se ha creado una industria en torno a este miedo y refuerza la idea de poder luchar contra el envejecimiento. Nos venden productos o la posibilidad de pasar por el quirófano para retocarnos los puntos que no nos gustan. Pero antes de continuar hay que decir que todo dependerá de cómo interpretamos la vida y la mejor manera de hacerlo es analizando de dónde sacamos toda esta información. ¿Por qué pensamos que envejecer es malo, penoso o todo lo contrario, que es bonito y a además, que es sinónimo de sabiduría?

Pues, la respuesta puede venir de nuestro aprendizaje social, viendo como lo hacen los otros. Cómo interpreta y se comporta nuestro ambiente cercano con el hecho de envejecer, de cumplir años. Por lo tanto, si para nosotros envejecer es sinónimo de estar en casa, enfermos, sin recursos económicos y no tener vida social porque lo estamos viendo en nuestro ambiente social es normal tener miedo a esta nueva etapa. Por el contrario, si nuestros padres, abuelos, amigos o conocidos disfrutan de su jubilación o no hay que ir tanto lejos, sólo viendo su estilo de vida, sin muchas enfermedades porque comen equilibradamente y hacen ejercicio físico regularmente, querremos estar como ellos a su edad y por lo tanto, será totalmente al contrario, estaremos encantados de cumplir años. Es más, esperaremos la jubilación con ilusión porque podremos disfrutar de la vida sin tener que trabajar.

Paralelamente, no tendremos miedo de ninguna década porque las interpretaremos como gloriosas dado que, cada una nos aportará algo diferente porque lo estamos viendo en nuestro círculo social. Tener arrugas, el cabello blanco o ni siquiera tener, no lo consideraremos como una desgracia porque estamos viendo que mucha gente vive así, con arrugas y no se tiñe el pelo o lleva peluca para disimular. Se acepta tal cual es y vive felizmente, sin prejuicios pero sin embargo, si vemos que la mayoría se preocupa por las arrugas, el color del pelo y que encima, se gasta un dineral en cremas y tratamientos para esconder su edad interpretaremos que envejecer es malo. Pero curiosamente, son soluciones perezosas dado que, ninguna implica el esfuerzo físico o mental. Por lo tanto, sólo se busca aparentar ser joven porque realmente la edad es interna, está condicionada por un conjunto de células y hormonas. Entonces, la base está en empezar a ser activos durante la infancia dado qué, así tendremos muchos números de continuar una vez seamos adultos. Es algo que nunca me canso de repetir: si hoy mismo perdemos la vista y nos quedamos sin el reflejo del espejo como referencia, – Cuál cogeremos para valorarnos socialmente, ¿el físico o el intelecto? –

Porque si nos fijamos en la sabiduría, la madurez mental y en la destreza a la hora de tomar decisiones nos importará más la segunda y no le daremos tanta importancia al aspecto físico. Igualmente, la opción del físico es más subjetiva que objetiva dado que, siempre depende de los ojos de los otros, de la sociedad y cultura en la que vivimos, estar delgado, obeso, musculado, medir ciertos centímetros o tener arrugas en la cara no es interpretado por todos del mismo modo pero en cambio, la inteligencia sí que lo es.

Sólo escuchando hablar al interlocutor, las palabras que utiliza y la manera de expresarlas vemos su inteligencia, es un reflejo de la personalidad. Entonces, la mejor manera para retrasar el envejecimiento o que dure más tiempo la juventud es alimentándose equilibradamente y haciendo actividad física regularmente. Esto por un lado y por el otro, es manteniendo la mente activa leyendo, viendo programas de televisión constructivos (que nos hagan pensar), bailando y jugando. Estas dos últimas actividades a pesar de ser físicas, también pueden considerarse actividades mentales porque incentivan la interacción social y el resultado es la mejora cognitiva (memoria y razonamiento). Un ejemplo muy claro lo encontramos en los niños pequeños, les encanta bailar y jugar y de manera inconsciente, acaban interactuando más a menudo con niños que también lo hacen. Igualmente, cuando vamos a una boda, un bautizo, o cualquier otro acto festivo donde hay música, si sabemos bailar nos divertimos el doble porque además de hacer las mismas cosas que los demás, también bailamos, añadiendo así involuntariamente el ejercicio físico a la interacción social.

Aun así, está la misma situación pero a la inversa, la de los niños que quieren hacerse grandes, ser adultos. Cuando somos pequeños todos tenemos ganas de crecer y poder decidir por nosotros mismos. No tenemos constancia de la existencia de los impuestos y de las responsabilidades sociales que comporta esta etapa porque socialmente no las percibimos. Nadie habla de ellas, ni en la escuela, ni a casa, ni en la calle, simplemente vemos a los adultos tomar sus decisiones sin consultarnos. Se hace y se vive como ellos vuelan y claro, esto nos gusta y también queremos hacer como ellos, tener un coche, una moto, viajar y estar con los amigos hasta la madrugada. Nuestro entorno social nos está mostrando que ser adultos es magnífico y por eso mismo, queremos hacernos mayores y ser independientes. Queremos tener nuestro propio dinero y gastarlos según nos convenga, pensamos que el sueldo es íntegro. Nunca hemos oído hablar de las cotizaciones al seguro social, del IRPF, del seguro de la vivienda, del vehículo, etc.

No tenemos constancia de que vivir tiene un precio, que el alquiler, la comida y los medicamentos nos son gratis. Conceptos básicos en la vida de cualquier ciudadano pero que en la escuela no se mencionan y por ende, crecemos en una burbuja aislados de las obligaciones sociales. En definitiva: según nuestro estilo de vida y el ambiente social que nos rodee, así interpretaremos las situaciones y como tal, expresaremos miedo o alegría por el futuro y por lo tanto, querremos parar como sea el paso del años o por el contrario, los mostraremos sin complejos y orgullosos de haberlos vivido.

Por: Omar el Bachiri

Psicólogo clínico y escritor