Pensar en el futuro para disfrutar del presente

Pensar en el futuro para disfrutar del presente

Oct 5, 2023 0 Por Omar El Bachiri

Aunque el título parezca contradictorio porque siempre nos han dicho que tenemos que vivir el aquí y ahora, es decir, el presente también hay una realidad detrás innegable y es que vivimos el presente para disfrutar del futuro, que inevitablemente será el próximo presente. Si no, – ¿por qué vamos a la escuela desde que tenemos los 3 años? – o ¿por qué trabajamos a diario? – y todavía mejor, – ¿por qué ahorramos para nuestra jubilación? –

Si no tuviéramos la noción del futuro y solamente nos quedáramos con el presente ya hace siglos que hubiéramos desaparecido del planeta. Pensar en el futuro es sinónimo de bienestar y alegría, es vivir con motivación para superarse personalmente. Invertimos horas, semanas, años estudiando o aprendiendo un oficio para después vivir del resultado obtenido, es como tener un huerto e ir cada día a regarlo esperando recoger los frutos sembrados. Otro ejemplo somos los deportistas, entrenamos casi a diario y nos alimentamos de manera saludable para envejecer de la mejor manera posible porque deseamos un futuro alejado de las enfermedades que traducido sería, disfrutar del futuro presente.

Tener 65 años y no sufrir de diabetes, dolores de espaldas, de piernas o de articulaciones entre otras partes del cuerpo y es que la vida es un suspiro, en cuanto nos queremos dar cuenta, ya solo faltan meses para cumplir los 60. Por lo tanto, la cuestión es disfrutar de las cosas que estamos haciendo en el momento: estudiar, trabajar, bailar, viajar, entrenar, conversar, etc. Cualquier actividad que estemos haciendo de manera placentera tiene que ser un momento para disfrutar dado que, no sabemos si será el último. Pensar en el futuro es fantástico pero sin obsesionarse porque entonces dejaremos de disfrutar para vivir en la ansiedad constante. Las obsesiones son comportamientos extremos que han pasado del placer al dolor, son comportamientos autodestructivos y además, se transforman en una necesidad: la de tener, hacer o ser y desgraciadamente, van en aumento, nunca estamos satisfechos y acabamos desviándonos del objetivo real.

Todos somos conscientes de que cada día que pasa, menos nos queda para disfrutar pero aun así, hay quienes no reaccionan y lo dejan para más adelante (cuando se jubilen dicen algunos) – ¡como si fuera una realidad indiscutible llegar a esta etapa! – Afortunadamente, la gran mayoría llega pero nadie lo sabemos de antemano, no tenemos una bola de cristal que lo pueda afirmar. Por lo tanto, la idea es planificar el futuro pero disfrutando del proceso, es como el arquitecto que planifica un edificio, está disfrutando mientras se lo imagina y queda satisfecho cuando lo ve acabado.

Tenemos que ser los arquitectos de nuestra vida y paralelamente, también los maquinistas, los que deciden por qué caminos circular y qué experiencias vivir. Hoy haremos esto y mañana aquello, hoy diremos esto y mañana lo llevaremos a cabo. Estoy hablando de la coherencia conductual, de tener palabra con un mismo, de no autoengañarse. En definitiva, de ser responsables y aceptar que aunque el camino no será de rosas, valdrá la pena intentarlo.

Por: Omar el Bachiri

Psicólogo clínico y escritor