La felicidad radica en la independencia personal

Una persona que no puede decidir qué hacer, cómo hacerlo y dónde ir, raramente puede ser feliz. Es igual que vivir en una jaula de oro, será preciosa y admirada por muchos, pero estamos privados de libertad. Así pues, queda bastante claro que el libre albedrío es la clave de la felicidad, poder decidir por nosotros mismos con quién estar y en qué invertir nuestro tiempo. Pero desgraciadamente, hay quien no es capaz de tomar decisiones y lo deja en manos de los demás (pareja, familiares, amigos, compañeros de trabajo, etc.) Depende de sus ideas y opiniones para actuar y hacer cualquier cosa y, por lo tanto, es un esclavo de sí mismo porque, no hay ninguna barrera física que le dificulte el movimiento, es su manera de pensar la que lo condiciona.

Es una situación muy curiosa porque cuando somos pequeños, todos deseamos ser adultos para dejar de depender de nuestro entorno, queremos tener independencia económica y tomar nuestras propias decisiones. Pero una vez llegada la mayoría de edad, hay quien rectifica y prefiere mantenerse en la misma situación, porque ser independiente comporta asumir responsabilidades, hacerse cargo de los resultados obtenidos. Esto, por un lado, y por el otro, está la gente que a pesar de querer su independencia emocional y económica, no se ve con fuerzas para luchar por ellas. Por lo tanto, prefiere acomodarse a su entorno social y así no tener que pensar y menos todavía, tomar decisiones.

Por eso mismo que hay tanta gente enganchada a su pareja sentimental a pesar de estar mal con ella, no la puede dejar porque, se siente perdida sin ella. Son personas incapaces de ir al cine solas, aun teniendo muchas ganas de ver la película y ya no hablemos de hacer un viaje, esto es impensable. Igualmente, y en lo referente al dinero, también hay quién se ha endeudado económicamente y actualmente, no tiene margen para actuar en este sentido. No tiene dinero ni para hacer frente a un gasto improvisto del vehículo o de cualquier electrodoméstico de casa. Simplemente, les es imposible y por lo tanto, están trabajando solo para subsistir, todo su dinero se evapora en cuanto ingresa en la cuenta bancaria.

Por: Omar el Bachiri

Psicólogo clínico y escritor