Las dietas DETOX

Las dietas DETOX

Sep 24, 2022 0 Por Omar El Bachiri

Tanto para adelgazar como mantener la silueta física, la manera más efectiva y saludable de conseguirlo es haciendo ejercicio físico intensamente y de manera regular. Como por ejemplo: caminar, correr, levantar pesas, nadar, etc. Es un abanico muy amplio y adaptado a las circunstancias personales de cada uno pero hay gente empeñada en creer que hay maneras de conseguirlo sin esfuerzo, disciplina, ni la actitud que requiere. Es decir, llevan toda la vida siendo sedentarias, con una alimentación desequilibrada, rica en grasa, azúcar y sal. En definitiva, desproporcionada calóricamente y piensan que por el simple hecho de comer saludablemente y/o alimentarse a base de batidos proteínicos, de hierbas, frutas o cualquier mezcla alimentaria durante unas semanas, obtendrán un cuerpo delgado, esbelto o incluso musculado.

Eso sí, sin esforzarse ni mentalmente, ni físicamente, cambiar los hábitos alimenticios y adquirir la costumbre de hacer deporte frecuentemente no está dentro de sus planes. Prefieren hacer caso a los gurús de bata blanca, gente sin estudios en medicina, ni nutrición pero aseguran que siguiendo unas dietas llamadas DETOX o bebiendo ciertos líquidos perderán todos estos kilos. Unas dietas que aseguran desintoxicar el organismo, dando a entender que lo tenemos intoxicado pero no proporcionan ninguna información científica de qué tóxicos tenemos, ni de qué forma nos desintoxicamos. Porque indudablemente, si reducimos el consumo calórico pero mantenemos la actividad energética perderemos peso, no hay que ser matemático para afirmarlo.

Pero igualmente, esto es sólo al principio porque la persona está bastante excedida de peso y no es muy difícil perder los primeros 5 o 7 kilos. Paralelamente, como no ha modificado los hábitos alimenticios, ni ha adquirido la disciplina necesaria para afrontar la ansiedad generada frente al hambre emocional en cuanto esté angustiada devorará cualquier alimento rico en azúcar o grasa porque la mayoría de las veces comemos por estimulación visual u olfativa. Por eso mismo, en cuanto abandona la dieta recupera el peso perdido y encima se lleva otros de regalo. Por otro lado, hay que matizar que la persona que las sigue interpreta el ejercicio físico como un castigo o una obligación y no como algo placentero, como un estilo de vida. Para ella estar delgada o  no obesa es simplemente algo estético, no tiene en cuenta el factor psicológico y menos aún, el organísmico.

Sin embargo, la persona que cuida su aspecto físico siguiendo una alimentación equilibrada y haciendo ejercicio de forma intensa y de manera regular conoce los beneficios mentales de estar en forma y tener un organismo saludable. Por eso mismo adquiere un estilo de vida activo y además, entiende el deporte como un valor añadido a su rutina diaria, igual que ir a trabajar, quedar con las amistades o hacer las compras. Sabe que habrá días que no tendrá ganas de practicarlo pero aún así, lo hace, no se deja llevar por la pereza y esto se debe gracias a su  determinación, constancia y paciencia. Sabe que los resultados positivos tardan en llegar pero una vez están, sólo es cuestión de mantenerlos y esta es exactamente la función de la determinación, lograr  que lleguen y gracias a la constancia se mantienen en el tiempo.

Lamentablemente, el perfil de la persona que sigue estas dietas es bastante diferente: suele ser el de alguien perezoso, enemigo del esfuerzo físico y paralelamente, también es impulsivo e impaciente. Quiere los resultados al momento y esto provoca que vaya cambiando de dietas frecuentemente y como además es perezoso, acaba frustrándose y con el paso del tiempo su umbral se reduce tanto que abandona por completo cualquier intento de mejorar su silueta o por el contrario, se obsesiona de tal forma que recurre a la cirugía estética y entra en un bucle sin salida, dando como resultado la sucesión de operaciones estéticas. Es un camino sencillo a seguir porque aporta soluciones instantáneas y sin necesidad de esforzarse físicamente, simplemente pagando el problema desaparece.

Por: Omar el Bachiri

Psicólogo clínico y escritor