Mitomanía y Cleptomanía

Mitomanía y Cleptomanía

Dic 21, 2020 0 Por Omar El Bachiri

Ambos trastornos son conductas guiadas por la impulsividad, son el resultado de una
forma deficiente y no adaptativa de afrontar la ansiedad. La persona en cuanto siente el malestar, actúa impulsivamente, no tiene control sobre su conducta, es incapaz de pensar en las consecuencias a largo plazo. Le urge actuar, no conoce otra forma de afrontarla y entra en un bucle sin salida, la conducta se repite una y otra vez. Para que me entiendas, – Vas por la calle y empieza a llover, tu instinto es acelerar el paso o correr, pasados unos segundos recapacitas y reduces la marcha – Estás viendo que te vas a mojar hagas lo que hagas, pues en la mitomanía se acude a la mentira y en la cleptomanía, al robo. Se miente y se roba para calmar el estado de ansiedad, igual que corres bajo la lluvia para no mojarte.

Otra forma de afrontar la ansiedad es acudiendo al consumo de tabaco, de alcohol, al juego, etc. es su forma de encontrar el bienestar. Sólo que en estos dos trastornos no hay premeditación, es instantáneo e inevitable. Aunque sean trastornos de la conducta diferentes, comparten la mentira como factor común. En el segundo, se miente para enmascarar la conducta de robar y en el primero, el hecho de mentir es su patología. Comúnmente es conocida como mentir compulsivamente. No es que mentir sea una fuente de placer, sino que se hace para evadir la realidad, se tiene la necesidad de crear una diferente a la propia. Son conductas aprendidas con la metodología ensayo-error, la persona lo ha hecho varias veces y ha obtenido resultados favorables, tiene beneficios inmediatos. Esta conducta se adquiere en la infancia, alrededor de los 8 años.

Es cuando adquirimos la teoría de la mente (yo sé que tú sabes que yo sé), es la capacidad de inferir los estados mentales de los demás y a partir de ellos, el crío puede guiar la mentira hacia sus intereses personales. Se percata que cada vez que tiene un problema o un objetivo a conseguir, en cuanto miente lo solventa. Si ha hecho una travesura y su madre o padre, van a imponerle un castigo, miente para justificarse, igualmente, con el objetivo a conseguir. Si tiene que hacer los deberes y a base de inventarse excusas, queda impune, sale reforzado de la experiencia. Van pasando los años y la conducta va calando en su modo de vida, gira en torno a la mentira.

Su teoría de la vida es: – ¿Para qué enfrentarse a los contratiempos, si mintiendo se pueden solventar? – ¡Si no los veo, no existen! –

Se podría resumir como la necesidad de crear una realidad diferente a la propia, es buscar una vida perfecta o por lo menos, no inferior a la de los demás. Es un acto impulsivo, en cuanto una situación le parece desagradable, se inventa otra más placentera y adaptada a sus circunstancias. Es el narcicismo en estado puro. Es querer ser el centro de atención en todo momento o también, puede ser para aparentar un estilo de vida. En este segundo caso, ya entra en juego la baja autoestima. La persona no se acepta a sí misma y crea otra vida, distorsionando la actual. Está cambiando la forma de entenderla e intenta que los demás la veamos igual. Tiene miedo al juicio externo, cree que nuestra vida es mejor que la suya. Lamentablemente, las consecuencias a largo plazo, son el rechazo social, su círculo más cercano deja de confiar en ella, por consiguiente, encuentra refugio en las redes sociales. Son su segundo hogar, se mueve como pez en el agua. Ha conseguido que sean su hábitat natural. Es un lugar donde nadie la conoce y puede inventarse las historias que quiera, incluso llevar una doble vida, si así lo desea.

Si en alguna ocasión, alguien descubre su mentira, nunca lo reconocerá, encontrará alguna explicación para justificarse. Su conducta aparte de ser funcional, también es instrumental, es decir, la usa como medio para conseguir algo a cambio, ya sea material, ser aceptado en algún grupo social, conseguir algún favor o evadir responsabilidades. Por su parte, en la Cleptomanía, se hace un uso exclusivamente funcional de la conducta. Su único objetivo es reducir el nivel de ansiedad. No obstante, su edad de adquisición es más tardía que en el anterior trastorno, suele ser entre los 14 y 21 años. Este trastorno es una adicción más, la adicción a robar y se podría resumir como el impulso incontrolado de apropiarse de objetos ajenos, dichos objetos no tienen valor económico, ni emocional. Con esto quiero decir que jamás robará dinero, pues su idea no es intercambiarlo por algo más, no busca una recompensa económica, se hace para recuperar el bienestar.

La persona siente la necesidad de apropiarse de algo ajeno, cualquier objeto le sirve. Algunos ejemplos serían, robar comida para peces, sin tener peces – Artículos de maquillaje, cuando la persona jamás se maquilla – libros, aunque no sea lectora, etc. No importa el lugar, puede ser en un centro comercial, en un bar, en el lugar de trabajo, en casas ajenas, etc. Debido a la frecuencia de los robos, la persona tiene su casa llena de objetos innecesarios, se vuelve acumuladora. De ahí la necesidad de mentir, para justificar todo ese material.

Por: Omar el Bachiri
Psicólogo clínico y escritor