Pensamientos circulares

Pensamientos circulares

Feb 11, 2022 0 Por Omar El Bachiri

En este artículo menciono a tres de ellos, la rumiaciones, los obsesivos y los intrusivos, aunque afectan de forma diferente, todos están anclados en el pasado. Son pensamientos que como bien dice su nombre no cesan de dar vueltas por nuestra mente, están presentes durante la mayor parte del día e incluso en ocasiones producen insomnio. La mente en vez de centrarse en buscar el sueño sigue a lo suyo, a dar vueltas con dichos pensamientos. Como he escrito antes, nos perjudican de modo diferente, las rumiaciones crean desesperación, los obsesivos generan frustración y los intrusivos provocan que tengamos rabia y estemos tristes. Nos lastiman tanto porque la mente no distingue entre el pasado, el presente y el futuro, su función es interpretar las emociones que le van llegando por parte de los pensamientos. Estos son los que dictaminan en qué momento estamos, si en el aquí y ahora, en el ayer o en el mañana.

Entendiendo esto, comprenderás por qué tanta gente sufre de depresión o ansiedad, están reviviendo o vaticinando unas situaciones que no existen, sólo están presentes en su cabeza. Se las imaginan y les dan vueltas sin cesar hasta quedar exhaustos y su forma de aliviar ese estado es inventando una posible situación o intentando modificar la pasada.  En cuanto a su forma de proceder, las rumiaciones son cuando no paramos de darle vueltas a una misma situación, estamos intentando comprenderla y por mucho que pensemos, siempre llegamos a la misma conclusión. Llega un punto que nos desesperamos pues no vemos salida.

Por su parte, la obsesión es diferente porque se desvincula de la situación, se centra más en la persona u objeto. Para que quede más claro pongo un ejemplo muy frecuente, la separación sentimental. La rumiación irá enfocada hacia el motivo de la separación, buscará entender la situación actual, nos haremos preguntas como: – ¿Qué ha pasado? – ¿Qué he dicho o qué hecho? –  Vivimos en la incertidumbre. Sin embargo, la obsesión lo hará hacia la persona, nos obsesionamos con ella, intentamos averiguar qué está haciendo, con quién y dónde. También recordamos los buenos momentos vividos conjuntamente y tenemos ganas de volver a revivirlos, la echamos de menos, queremos revivir el pasado sin tener en cuenta el motivo de ruptura y que seguramente ha sido lo mejor que nos ha podido pasar pero sin embargo, estamos frustrados porque no conseguimos nuestro propósito, volver con la persona. Aunque sepamos que poco tiempo después nos volveríamos a separar pero la obsesión trabaja así, no entiende de raciocinio, es emoción en el estado puro.

Por su parte, los pensamientos intrusivos vienen a nuestra mente sin ser buscados, aparecen y no quieren irse. Mayoritariamente lo hacen cuando estamos calmados, ya sea cuando nos vamos a dormir o durante el día, son los culpables de la mayor parte del insomnio, sobre todo del comienzo, dificulta conciliarlo. Empiezan a recordarnos a la persona en cuestión y es imposible deshacerse de ellos. Como estarás viendo la gran diferencia entre los tres conceptos es la voluntad, los dos primeros son buscados y el tercero es de forma involuntaria. Entonces, la forma de tratar a cada uno también será diferente.

Con los dos primeros la fórmula es pensar con racionalidad, comprender la situación y aceptarla pero en cambio, con el tercero es mejor hacerse amigo de él, dejamos de lado el rencor y cuando nos vengan los pensamientos hablaremos directamente con ellos, se trata de repetir siempre la misma situación y de esa forma irá pierden peso en nuestro cerebro. Dejaremos de llorar o estar tristes dando paso a la indiferencia.

Igualmente y como modo de conclusión, la mejor forma de alejarse de estos conceptos es centrándose en el futuro inmediato, en lo que haremos mañana o la semana que viene pero sin olvidarnos del presente, de lo que estamos haciendo ahora mismo. Hay que tener en cuenta que el mañana será nuestro presente, entonces, si conseguimos el hábito de pensar así, siempre viviremos en el ahora y aquí. Luego, del pasado hay que quedarse con las experiencias pero sin etiquetarlas como buenas o malas, han sido unas situaciones que no nos han aportado bienestar y hemos decidido cambiarlas. Hemos tenido el valor de hacerlo, no como otra gente que se queda ahí, inmóvil y malviviendo por miedo a sufrir durante un tiempo.

La palabra amor conlleva irremediablemente algo de dolor, su pérdida es lo que no queremos pero aún así, hay que aceptar que no todo depende de nosotros y en la aceptación y posterior adaptación está el bienestar.

Por: Omar el Bachiri

Psicólogo clínico y escritor