¿Qué es la felicidad?

Se podria definir como un estado de tranquilidad emocional que todos buscamos y que cada uno encontramos según nuestras propias experiencies personales. Pero igualmente, la manera más rápida de conseguirlo y que además dure más tiempo es teniendo la capacidad de relativizar las situaciones. Con esto quiero decir que no tiene nada que ver con el estado civil, ni con el estatus social. Dado que si fuera así, el mundo entero sería feliz porque hay para todos los gustos. El planeta es multicultural y repleto de lugares diferentes donde convivimos todo tipo de clases sociales y personas con rasgos físicos totalmente diferentes. Hay obesos, delgados, musculados, altos, bajos y además, con un color de pelo, ojos y piel diferentes.

Luego, a nivel social podemos ser pobres, trabajadores, ricos o millonarios pero aún así, nadie es mejor que nadie porque siempre dependerá de quien nos juzgue, de sus gustos y propósitos. Es decir, si una empresa está contranto lampistas, no se fijará en el currículum de un médico, abogado, carpintero, mecánico, etc. Y eso no significa que sean menos, sólo, que no están en el centro de atención de la empresa. Por lo tanto, sería irracional que estos profesionales se sintieran mal o menospreciados. Con esto quiero decir, que la próxima vez que alguien te rechaze, no te sientas mal por ello y menos aún, cambies tu manera de ser para gustarle. Dudo mucho que un futbolista rechazado por un equipo de baloncesto esté preocupado por tal decisión, en todo caso estará agradecido porque sería una relación estéril.

Es más, hay que tener en cuenta que tanto las amistades como el amor son conceptos sumativos, si restan son algo diferente. Con lo cual, siendo capaces de relativizar nuestra situación actual podemos sacarle más provecho a los acontecimientos. Porque quizás, no estemos donde queríamos, ni con quien deseabamos pero estamos aquí. Por lo tanto, mientras llega ese día, disfrutemos del entorno para así evitar lamentaciones como por ejemplo: “tenía que haber hecho o dicho aquello”.

Vamos, dicho de manera resumida: la cuestión es valorarse y defender nuestras virtudes pero aceptando también que no podemos gustar o interesar a todos ya que muchas veces nos encontramos en el lugar y momento equivocado. En otras palabras, un rico en un vecindario de millonarios jamás destacará económicamente pero sin embargo, un tuerto en un ambiente de ciegos, será el que mejor vista tenga.

Por: Omar el Bachiri

Psicólogo clínico y escritor