Resiliencia + bienestar = felicidad
Mar 29, 2021
La felicitad es muy simple de conseguir pues está basada en la subjetividad, en la forma de ver el mundo y sobretodo, del lugar donde enfocamos la atención. – ¿Nos centramos en lo que tenemos o en lo que nos falta? y luego, para reforzar o debilitar tu resiliencia, contesta a estas preguntas: – ¿Valoras más los comentarios despectivos o los positivos? – ¿ Te ofendes por el comentario despectivo de alguien que no te mantiene? – ¿Permites que te perturbe mentalmente la opinión de alguien que te desea el mal o que simplemente le eres indiferente?
Las respuestas a estas preguntas vienen condicionades en gran parte por la típica frase que dice, quien te quiere te hará llorar y quien no, te hará reir. Si analizas la frase verás que literalmente, te está diciendo que los cómicos te detestan y que los ladrones, bandidos y asesinos te aman. Como he dicho al principio, la felicidad es subjetiva, entonces según tus creencias y tu punto de enfoque, lo serás con nada o nunca lo serás, aunque tengas de todo. Te estoy hablando del bienestar, un concepto relacionado directamente con el dinero, igual que la felicidad lo está con su gestión, este lo está con la cantidad. Son dos conceptos totalmente diferentes pero se tienden a confundir, no por mucho tener, seremos más felices. En todo caso, lo seremos según la forma de utilitzar las posesiones.
Una diferencia básica entre ambos conceptos es que la felicidad se traduce en ser y el benestar, en tener. Es decir, tengo esto y su función me produce felidad, soy feliz por lo que me aporta. Te lo explico de otra forma, tienes una cama confortable pero no duermes en ella, tienes cualquier vehiculo y por no gastar combustible dejas de usarlo, tienes una casa en la playa pero apenas haces uso de ella, etc. Tienes el benestar pero como no lo usas, no eres feliz, sucede exactamente igual con el dinero, por mucho que tengas, si no lo usas según tu coherencia, no lo disfrutarás. Con esto quiero decir que la felicidad es personal e intransferible, somos felices porque así lo decidimos, no porque nos lo digan, ¡Compra esto o haz aquello y serás feliz!
Quizás a tu vecino le funcione, pero no tiene por qué ser igual para todos. No sabes si es materialista y en consecuencia tener posesiones le enorgullece o tiene una carencia emocional y tiene que aparentar un modo de vida, para darle sentido a la suya. Dicho de otra manera, el bienestar se calcula por el esfuerzo económico requerido para conseguir el confort. Tener acceso a una vivienda digna, a la sanidad, al transporte y a cualquier otro servicio público. En pocas palabras, es vivir cómodamente. Ahora, esta forma de vida está condicionada por la resiliencia y esta determina tu felicidad. ¿Te frustras fácilmente, no eres capaz de tomar decisiones, nada te parece bien, los demás siempre están mejor que tú, etc? La resilencia es la capacidad de escuchar los comentarios despectivos de los demás y/o vivir circunstancias adversas y aún así, no cambiar nuestro carácter, ni modificar nuestros objetivos marcados. Asumimos que estamos pasando por un mal momento pero no dejamos que nos altere. Es más, adquirimos nuevas herramientas para afrontar cualquier situación negativa que pueda surgir.
En definitiva, la felicidad es un estado anímico que supone una satisfacción, quien está feliz se siente a gusto, contento y complacido. Pero hay algo muy curioso con ella, aunque tenga relación con la gestión del dinero, si tenemos suficiente para cubrir las necesidades básicas y algunas de placer, tener más cantidad no hará que nos sintamos más felices.
Tendremos mejor calidad de vida, pero el nivel de felicidad no aumenta y esto es debido a que la búsqueda de placer en sí, apenas contribuye en nuestro estado de ánimo. Sin embargo, la búsqueda de compromiso y de sentido sí lo hacen, siendo más importante la segunda. El placer importa si ya tenemos tanto el compromiso como el sentido, es momentáneo, se saborea cuando se consigue un objetivo, pero si no tiene un sentido, pronto carecerá de valor. Tener más dinero, un mejor coche, una segunda residencia, etc. si lo tienes pero no haces uso de él, pasado un tiempo deja de proporcionarte alegria porque has cambiado su función.
Por su parte, el compromiso es importante porque nos mantiene motivados, es la energía que nos mantiene en movimiento. Planificamos y actuamos de cierta forma para conseguir el preciado objetivo, pero si una vez adquirido no le damos el uso establecido, pierde su sentido y el esfuerzo invertido queda en vano. Es por eso que el sentido es el más importante, porque es la razón de ser. El dinero está hecho para comprar tiempo, para no tener que trabajar tanto y también para satisfacer cualquier necesidad básica o capricho. La segunda residencia, por su parte, está para pasar cierto tiempo en ella, de vez en cuando y el vehiculo, está para disfrutar de su conducción, pero si se han adquirido sólo para que los demás vean que los tenemos, no tiene sentido de ser.
En definitiva y a modo de conclusión, buscarle un sentido a la vida es la base para poder levantarse cada mañana y seguir adelante sin importar las circunstancias que se estén viviendo. Para que la vida tenga sentido hay que vivirla según los valores, pasiones y habilidades de cada uno. Por eso no podemos permitir que nadie ni nada nos borre la sonrisa de la cara. Mientras sonreímos no estamos preocupados, es una parte interesante de las emociones, nunca se pueden dar dos opuestas al mismo tiempo, o estamos contentos o estamos tristes. ¡Tú decides cual escoger!
Por: Omar el Bachiri
Psicólogo clínico y escritor