Risoterapia

Risoterapia

May 12, 2023 0 Por Omar El Bachiri

Aunque no pueda considerarse una terapia como tal porque no cura nada, si es cierto que mejora muchísimo tanto el estado mental como anímico de quien lo practica. Está comprobado científicamente que reír segrega dopamina y endorfinas, (estimulantes naturales del organismo) y que gracias a ellos podemos disfrutar del bienestar. Pero es que si además de sonreír a menudo también podemos reírnos de nosotros mismos estaremos matando dos pájaros de un tiro. Estaremos perdiendo la vergüenza de habernos equivocado, de cometer errores y todavía mejor, del que pensarán los otros dado que si nosotros mismos nos reímos de nuestro aspecto físico y de los errores cometidos, no nos afectará para nada la risa de los demás.

Lo encontraremos normal porque estaremos compartiendo el mismo sentimiento de alegría, aunque ellos quieran dañarnos, no lo conseguirán porque le hemos cambiado el sentido al ridículo, lo hemos transformado en sabiduría, a aprender por ensayo-error. Es decir, entendemos que para aprender tenemos que equivocarnos y que para mejorar en cualquier ámbito de la vida tenemos que practicar y repetir muchas veces la misma acción. Esto por un lado y por el otro, el primer paso a hacer para conseguir reírnos de nosotros mismos es aceptar que somos seres humanos y que como tal, somos imperfectos dado que una simple enfermedad nos puede matar o limitar bastante la vida.

Entonces, mientras tengamos salud y físicamente tampoco tengamos ninguna discapacidad no hay motivos reales para no intentar conseguir nuestros objetivos personales: cantar, bailar, hacer deporte, viajar, estudiar, etc. Se trata de que cuando nos equivoquemos en vez de hablarnos mal, es mejor maldecir la situación y acto seguido animarnos a nosotros mismos, nos regalamos una sonrisa y nos decimos: eres un campeón, artista, guapo, genial, crack, etc. Es decir, normalizamos la equivocación porque muchas veces es la propia situación la que provoca el error, no nuestras capacidades y la mejor manera de hacerlo es con una sonrisa.

Objetivamente la situación no va a cambiar por haber pensado en negativo o haberlo hecho en positivo pero subjetivamente, no habrá color, el estado anímico será totalmente diferente y por ende, nuestra jornada diaria será interpretada de otra manera, de una más productiva, amena e incluso satisfactoria.

Por: Omar el Bachiri

Psicólogo clínico y escritor