Sin control emocional nada fluye correctamente

Sin control emocional nada fluye correctamente

Jul 29, 2022 0 Por Omar El Bachiri

Para dejar fluir las situaciones sin lamentarse por el resultado final es indispensable tener una buena gestión emocional. Es primordial saber cuándo, cómo y en qué medida expresar las emociones, hay que ser conscientes de nuestro estado mental antes de actuar. Luego, también tenemos que tener un autoconcepto positivo de nosotros mismos, de saber hasta dónde podemos llegar y sobre todo, poseer un umbral elevado a la frustración. Con el autocontrol manejamos de forma productiva las situaciones, aprendemos de las conflictivas y potenciamos las favorables. Es decir, sin autocontrol es imposible fluir con tranquilidad, la mente siempre estará dándole vueltas a la conducta ejecutada y nunca estará satisfecha con la elección escogida.

Con esto quiero remarcar la gran diferencia entre la gente que no para de quejarse y la que aun no estando bien, se adapta a las situaciones y les saca el máximo provecho. Esta diferencia radica en su manera de pensar, si tienen mentalidad de crecimiento o por el contrario, tienen la fija. Con esta segunda se vive en la frustración permanente porque se tiene la creencia de que nuestras capacidades tanto cognitivas como físicas vienen dadas y por ende, son imposibles de modificar. A su vez, interpretando la realidad de esta forma estas personas desechan cualquier esfuerzo en mejorarlas, dando como resultado la nula evolución y por lo tanto, la no adquisición de nuevos conocimientos.

Lamentablemente, esta manera de entender la vida perjudica e incluso imposibilita la mejoría física e intelectual y se acaba traduciendo en la frustración y el malestar generalizado pues interpreta las situaciones como injustas y debido a ello se preguntan constantemente: ¿por qué unos tienen tanto y otros tan poco?

Resumiendo un poco, es simplemente su forma de entender la vida, no importa ni el lugar, ni el momento y menos aún el clima o la estación del año. Son personas incapaces de adaptarse a las circunstancias, creen que el planeta tiene que estar a su disposición. Su modo de pensar está basado en el debería, todo debería ser de esta forma o de aquella. De ahí que se aferren a la queja constante para justificarse o expresar su malestar, tienen una mentalidad cerrada en cuanto a la superación personal, su visualización está limitada por sus pensamientos. Es más, rechazan el esfuerzo porque creen que se merecen lo que desean y por lo tanto, el concepto fluir no está en su vocabulario porque no tienen autocontrol y sin él es imposible no etiquetar las situaciones. En otras palabras, el autocontrol significa no ser impulsivo y con la mentalidad de crecimiento es exactamente como se actúa porque razonamos antes de movernos ya que somos conscientes que toda conducta tiene sus repercusiones.

Igualmente, somos conscientes que estamos en el lugar donde queríamos estar, quizás no como deseábamos pero, sí en el lugar o la situación y esto es gracias a nuestra actitud. Explicado de otra manera para que se entienda mejor, no utilizamos el debería, sino, el preferiría, entendemos que no todo depende de nosotros y por lo tanto, nos adaptamos, aceptamos las situaciones y consecuentemente tenemos flexibilidad mental. Siempre y cuando no estemos peor de lo previsto utilizamos el pensamiento del preferiría para interpretar las situaciones, no dramatizamos y somos conscientes de que tan mal no estamos, es decir, no es como esperábamos pero aun así, es aceptable. Es decir, tenemos el control de la situación y podemos dejar que fluya porque más o menos pronosticamos el resultado final y de una forma u otra nos beneficia.

Repito, quizás no de la forma deseada pero igualmente, será favorable porque no le tememos al esfuerzo y siempre podremos volver a intentarlo, con lo cual, podemos dejar fluir las situaciones, es más, en muchas ocasiones es nuestro modus operandi. Debo subrayar que estoy mencionando el autoconcepto, de ahí la importancia de su positividad porque nos condiciona la forma de pensar e interpretar la realidad. En cómo nos valoramos y nos presentamos ante los demás, somos conscientes que nuestra imagen exterior viene condicionada por la interior y por eso mismo, no nos cuesta expresar los sentimientos o dar nuestra opinión personal sin temor a la reacción ajena. Es más, estamos orgullosos de nuestra actitud porque gracias a ella conocemos nuestras virtudes y defectos y combinándolos hemos conseguido nuestros objetivos personales y además, valoramos el esfuerzo realizado y somos agradecidos con los resultados obtenidos. Disfrutamos de ellos, de nuestro estilo de vida, de los amigos, de la pareja sentimental, del trabajo, etc.

Así mismo, para conseguirlo en ocasiones modificamos el entorno y en otras nuestro organismo. De aquí la importancia de enfocar la vida como evolutiva y aceptar que las cosas no siempre serán como las deseamos pero siempre podemos adaptarlas a nuestras creencias y de esta forma sacarles el mejor provecho. Se trata de ser flexibles mentalmente porque por ejemplo, la lectura y el deporte son capaces de modificar por completo nuestra personalidad, uno lo hará a nivel cognitivo y el otro a nivel físico y combinados reflejan nuestra autoestima. Por lo tanto, aun estando convencidos de que nuestras aptitudes son limitadas, leer y hacer ejercicio físico nos demuestran lo equivocados que estamos.

Con esto quiero decir que nuestra interpretación de la realidad está condicionada por nuestro autoconcepto y este nos guía para escoger el camino a seguir. Con la fija, tanto las críticas como las burlas recibidas durante la infancia y/o la adolescencia nos marcarán de forma negativa, en contra partida, con la de crecimiento, serán interpretadas como conceptos a mejorar y los usaremos como motor para conseguir nuestros objetivos personales y por eso mismo, podemos dejar fluir las situaciones sin juzgarlas.

 Por: Omar el Bachiri

Psicólogo clínico y escritor