Síndrome de la cabaña

Síndrome de la cabaña

May 8, 2020 5 Por Omar El Bachiri

Es el rechazo a mantener relaciones sociales. La persona se ha acostumbrado a una rutina determinada y no quiere alterar su paz. Aparece después de un aislamiento forzoso de larga duración (más de 30 días). La persona no es capaz de salir de su casa o barrio. Es decir, de su zona de confort. Tiene miedo al miedo. A sufrir un ataque de pánico y no tener cerca un centro médico que la pueda atender. Su hogar se ha convertido en su castillo. Cuatro muros donde nada malo puede pasar. Esto se debe a que el ser humano tenemos la capacidad de adaptarnos a cualquier circunstancia. Lo importante es sobrevivir. Aunque sea en una habitación de 8 metros cuadrados. Este síndrome puede ser causado por varios motivos diferentes, como pueden ser el ingreso en prisión, por trabajar en zonas aisladas de la población, por padecer un secuestro, por una pandemia, etc.

Este artículo lo centro en el último motivo. La pandemia del covi-19. El coronavirus. La persona sufre un miedo excesivo al contagio. Está basado en sus creencias, ideas irracionales y sobre todo en la subjetividad de la situación. No se fija en la estadística. En cuanta gente ha sido infectada, ni en cuanta se ha recuperado o ha fallecido. Su miedo es tan exagerado que aunque el gobierno vuelva a dar permiso para salir de casa, no lo hará. Cualquier indicación que se marque para estar a salvo del contagio le parece poca e ineficiente. Se mantiene informada por las redes sociales. No contrasta la información leída o escuchada. Se la cree tal cual, sin cuestionarse nada. Tiene miedo a salir de casa y busca información que apoye su decisión. Para así poder justificarse. Los seres humanos no podemos vivir en la incoherencia. Cualquier conducta requiere de una explicación. De ahí la religión y la ciencia. Forman parte de nuestras creencias y nos condicionan el pensamiento. Habrá quien piense que el virus ha sido creado por dios, para darnos alguna lección y habrá quien piense que ha sido creado por el ser humano. Por algún motivo económico. Según nuestras creencias, así actuamos. Si yo creo en los muertos vivientes, nunca iré a un cementerio de noche. Si creo en el apocalípsis. El fin del mundo, creeré que es una señal para fabricar un bunque y esconderme en él. Si creo en Nostradamus, pensaré que este hombre es un genio y todo lo acierta.

Igualmente, la pregunta que nos hacemos todos es qué puede pasar si me contagio. ¿Me moriré, enfermaré y pasados unos días volveré a estar sano o no pasará nada? ¿Simplemente me contagiaré pero no sufriré ningún efecto adverso? Pues según qué creamos tendremos miedo a salir de casa o no. Pero, el verdadero problema de este síndrome es que puede llevar a la agorafobia o a adquirir algún TOC. Trastorno obsesivo compulsivo. Concretamente a dos. El de limpieza y el de comprobación. En el primero, la persona se lava las manos constantemente y dedica muchas horas del día a la limpieza de su hogar. En el segundo, nunca está convencida de la limpieza o desinfección total de su casa o del lugar de trabajo o del medio de transporte. Esto puede hacer que no vuelva a montar en transporte público o a compartir su vehículo personal con nadie más. Por miedo a que los demás estén infectados. Incluso, haciendo la compra, no escogerá ningún producto si ha visto que alguien lo ha tocado anteriormente. Esto se convierte en una odisea. Tardará horas en hacer una compra que antes sólo le llevaba unos minutos. Tampoco se siente segura en las aglomeraciones. Tiene miedo a ser contagiada. La suma de estos actos le generan estrés y como no tiene herramientas mentales para afrontar la situación, decide no salir de casa. Acaba de adquirir la agorafobia. Miedo a salir de casa. No va a trabajar, ni queda con los amigos. Tampoco acepta visitas. Se aísla de su entorno. Por suerte, para la mayoría de entre nosotros no es el caso. Tenemos esas herramientas y podemos enfrentarnos a la ansiedad. Salimos de casa aunque nos cause cierto malestar pero, la persona que sufre este síndrome se ve imposibilitada. Tiene dolores de cabeza, mareos, le falta el aire e incluso puede llegar a perder el conocimiento. Aquí es donde entran en juego las ideas irracionales. Hacer el ridículo, pasar vergüenza, el qué dirán de mí, etc.

Dicho todo esto te informo que si eres una de estas personas, no te preocupes porque tiene solución. Con ayuda psicológica se supera por completo. Los piscólogos tenemos las herramientas necesarias para ayudarte. Te hacemos entender que tus temores son infundados en la nada y como tal, no son peligrosos para tu integridad física. La terapia más efectiva es la TREC. Terapia racional emotiva conductual. Concretamente la exposición con prevención de respuesta. Es decir, hacemos que te enfrentes a tus miedos. Sin la posibilidad de huir. Se hace de forma gradual. Hasta que llega un punto que no sientes molestias fisiológicas. Se trata de adquirir nuevas asociaciones. Dejar de relacionar tocar algo, con infectarse. Hacemos que tu forma de pensar sea coherente con tus conductas. Para que lo entiendas. Si te has lavado las manos con cualquier producto desinfectante significa que no corres peligro por tocar superficies expuestas al exterior. Si has desinfectado tu casa, significa que es un lugar seguro durante más de 48 horas y así con todo. De esta forma ganas seguridad en ti mismo y esto conduce a confiar en los demás o por lo menos, a no temerles. La parte más importante es entender que la sociedad no está en tu contra. Entonces, si la mayoría de personas salen de sus casas y vuelven sanas, ¿por qué tú ibas a ser diferente?

Por: Omar el Bachiri

Psicólogo clínico y escritor