¡Soy psicópata!

¡Soy psicópata!

Abr 22, 2021 0 Por Omar El Bachiri

Soy psicópata y te voy a explicar mi forma de ser para que me puedas reconocer. Antes de empezar a leer ten en cuenta que mi conducta es inevitable, me muevo por impulsos, aunque pueda premeditar las acciones, van guiadas por las ganas de destruir, tengo la necesidad de hacer el mal. Más bien, no lo diferencio del bien, tengo constancia de que está mal porque así me lo dicen, con lo cual según en qué siglo y cultura viva, puedo pasar desapercibido (la inquisición, la ablación genital femenina, las guerras, el terrorismo, etc.) Como verás, puedo ser militar, médico, enfermero, policía, profesor, religioso, político, etc. siempre estoy en cargos donde mis decisiones influyen sobre ti y en la sociedad en general, me gusta sembrar el caos, tengo el poder y hago uso de él.

Igualmente, mi conducta no tiene nada que ver con mi autoestima, ni con la frustración, pues no siento las emociones, no les puedo dar un significado. Los sentimientos no afloran pero sin embargo, conozco a la perfección la definición de las emociones, tristeza, miedo, odio, alegría, euforia, etc. pero desconozco la sensación que causan, con lo cual no te esfuerces en mostrarme tu malestar porque soy incapaz de interpretarlo, tampoco quieras que compartamos momentos de alegría porque no puedo descifrar el sentimiento. Te estoy definiendo la ceguera emocional, la incapacidad de percibir el sufrimiento y la necesidades del otro. Desde la ciencia se ha buscado una explicación y la ha encontrado en la biología, concretamente en el cerebro. Proceso las palabras a nivel lingüístico pero no a nivel emocional, con lo cual, las palabras dolor, sangre, miedo, humillar, perturbar, no las entiendo como algo negativo, sino tal cual, como un simple conjunto de letras. Para que lo entiendas mejor, oigo la música pero mi cuerpo no percibe el ritmo, mi mente sólo interpreta la canción. Es decir, entiendo tu conducta pero no puedo ponerme en tu lugar, no tengo empatía, ni conciencia, en consecuencia no tengo remordimientos. Pero eso si, a nivel intelectual acepto la situación.

Debido a esta discapacidad, mi relación contigo es de manipulación, te domino y esto es así porque puedo ser tu padre/madre, hermano/a, pareja, amigo, vecino, jefe, líder, etc. estoy por todas partes. Mi único objetivo es amargar la existencia a los demás, en ocasiones provocaré la muerte y en otras, simplemente alteraré el estado emocional y lo haré de varias formas, con chismes, críticas, guerras, exceso de trabajo, reducción de salarios, enfermedades, etc. Viendo esta definición, seguramente ya me has identificado con alguien. Por otra parte, quiero que sepas que no estoy enfermo, sino que sufro de un trastorno de la personalidad, pero esto no quita que tenga un buen razonamiento, es decir, soy totalmente consciente de mis actos. Busco la maldad como forma de expresión, es mi manera de encontrar el placer, no es que tenga la necesidad de desahogarme, sino, que me causa placer el hecho de destruir.

Acorde a mi conducta, para integrarme en la sociedad y ser aceptado he aprendido a fingir las emociones, entiendo que en los momentos tristes tengo que llorar y en los alegres, debo sonreír. Es cómo he perfeccionado el arte de la manipulación, te digo lo que quieres oír y te muestro lo que quieres ver, soy muy locuaz y convincente, es mi forma de camelarte, te llevo a mi terreno y aquí es donde empieza tu infierno. Te hago dudar de tus decisiones y te responsabilizo de mis errores, consigo que te sientas culpable por tu estilo de vida y que infravalores tus logros. En muchas ocasiones no tengo ni que usar la fuerza física, con mis palabras y miradas tengo suficiente para controlarte, según me interese, mostraré rabia o agresividad y en otras ocasiones verás alegría, ternura y complicidad. Sin darte cuenta estarás indefenso/a mentalmente, nunca sabrás cómo te trataré y esto daña tu autoestima. Te habré inculcado la indefensión aprendida y esto se traduce en no dar jamás tu opinión porque en el pasado, cuando la dabas, te menospreciaba, con lo cual has aprendido a no defenderte.

Evidentemente, no lo hago de golpe, es un proceso largo pero continuo, poco a poco te voy quitando derechos y te voy dando obligaciones, lo hago de tal forma que tienes la sensación de que te quiero o que me caes bien y en ocasiones, incluso soy capaz de conseguir que me idolatres. Me ves como tu protector pues siempre estoy ahí cuando tienes problemas, pero no tienes en cuenta que yo mismo los he creado. En mi defensa, debo decir que ya he nacido con esta discapacidad emocional, en otros casos, hay gente que la adquiere debido a sucesos traumáticos durante la niñez, presenciar una masacre, sufrir abusos sexuales, ser humillado constantemente en público, etc. En este segundo supuesto, la persona siente y entiende las emociones pero las reprime, su mente está disociando la realidad como mecanismo de defensa. Actúa por miedo a ser agredida, prefiere anticiparse a los hecho y es justamente en este supuesto donde tiene un efecto positivo la terapia psicológica, porque igual que se ha aprendido a hacer el mal, también se puede desaprender.

Entonces, visto mi perfil, ahora te daré el único consejo que conozco para que no caigas en mis manos, nunca pierdas de vista mi coherencia conductual, es decir, no permitas que cambie mi actitud hacia ti. Tienes que ser proactivo/a y tomar el mando de la situación, bajo ninguna circunstancia permitas que deje de actuar según lo que predico, si eres mi pareja y al principio de la relación te decía cosas bonitas y era tierno contigo, no permitas que deje de serlo, si soy tu jefe y siempre te he tratado con respeto, tampoco permitas que te menosprecie y así con todos los casos, tienes que ir siempre un paso delante mío. Te repito que no siempre asesino, en muchas ocasiones sólo busco lastimarte emocionalmente.

Por: Omar el Bachiri

Psicólogo clínico y escritor