¡Todo es cuestión de preferencias!

¡Todo es cuestión de preferencias!

Jul 10, 2021 0 Por Omar El Bachiri

 

Para sobrevivir solo tenemos tres obligaciones, alimentarnos, descansar y respirar, a partir de aquí todo son preferencias, formar una familia, estudiar, hacer deporte, viajar, endeudarse, etc. Personalmente, hay una preferencia que me sorprende mucho, dejar de lado la dentadura. Me choca ver gente que prefiere gastar o invertir el dinero en vehículos, viviendas, joyas o cualquier otro objeto de valor antes que en sus propios dientes.

Una dentadura podrida, de color amarillo o sin todos los dientes dice mucho de la persona en cuestión. Está reflejando su manera de vivir y sus valores personales, está exponiendo que no le importa nada su apariencia facial, ya que la boca es clave en la forma de la cara. Esto por un lado y por otro, decir que hay básicamente dos motivos para actuar de este modo, uno es para aparentar un estatus social irreal y el otro es por dejadez, la persona no quiere saber nada de su imagen personal, la da igual su reflejo social.

No menciono la falta de dinero porque ya he dicho al comienzo del artículo que me sorprende la gente que dedica el dinero a otras cosas antes de que en su dentadura. Es el primer motivo el que me sorprende, la falta de personalidad. Llega un momento donde tiene que escoger entre la dentadura o rebajar la angustia gerenada por el qué dirán los demás, está delegando su felicidad en los objetos materiales y no conseguirlo, la frustra.

Igualmente es una apariencia errónea, porque tener un coche de alta gama o vestir con ropa de marca no tiene mucho sentido si la imagen facial es nefasta, cuando tiene que salir en alguna foto lo hace con la boca cerrada, no sonríe. Entonces, para que esto no te pase a ti, cada vez que pierdas un diente, inmediatamente lo tienes que reponer por otro, sinó, te acostumbrarás a su falta y encontrarás normal no tenerlos todos. Ten presente que aunque no queramos, la imagen que damos al exterior condiciona el trato recibido por los demás y la dentadura tiene mucho que decir.

Por: Omar el Bachiri

Psicólogo clínico y escritor