¿Vives como quieres?

Vivir como uno quiere es sinónimo de paz mental. Es vivir solapando el pensamiento con la conducta y además, es un estilo de vida cambiante. Según nuestra edad, estado civil y actual trabajo, vamos modificando o cambiando los objetivos personales. Pero siempre con la intención de hacer lo que queremos en ese preciso momento. Somos conscientes que la vida es fugaz y vemos que quizás el día pase lento, pero la semana se dispara y ya no te digo los meses, ¡estos vuelan! Así que, apresúrate a intentar conseguir los objetivos que te propones.

Si quieres viajar, hazlo ya. Si quieres ahorrar, empieza este mismo mes. Si quieres ponerte en forma, haz deporte hoy mismo. Si quieres estudiar, coge un libro y ponte manos a la obra y así con todos tus objetivos. El presente condiciona el futuro y los pensamientos sobre este segundo generan tranquilidad o ansiedad. Con lo cual, tú decides cómo hablar, si diciendo:  –  “He hecho esto y lo otro o por el contrario, diciendo haré esto y lo otro” – Es decir, ¿Intentas vivir como quieres o estás postergando esa posibilidad?

Ten presente que una vez se agotan las 24 horas del día, no vuelven. Ciertamente, todos somos conocedores de este hecho pero lamentablemente, todavía hay quien que no se percata de su importancia hasta que enferma y se da cuenta del poco tiempo del que dispone de vida y entonces, decide actuar e intenta conseguir todos sus objetivos personales. Pero claro, no hay tiempo, lo ha agotado en hechos que realmente no eran tan importantes. Podían haber pasado a un segundo plano y sin embargo, les ha dado prioridad, ha preferido anteponerlos y en parte porque se deja influenciar por la opinión de terceros.

En muchas ocasiones estas preferencias vienen condicionadas socialmente, por la forma de interactuar que tenemos con nuestra entorno más cercano. De ahí la importancia de analizarlo y ver si es negativo, neutro o por el contrario es optimista. Te estoy hablando de su forma de moldearnos y es que según la reacción que tanga hacia nuestras metas personales, las llevaremos a cabo o las abandonaremos. Pero para entender mejor este hecho, conviene subrayar que el ser humano necesitamos de los demás para sobrevivir y desarrollar correctamente nuestros sentidos y capacidades cognitivas. No podemos estar aislados pero es no significa que debamos ir en contra de nuestros principios o gustos personales y gracias a la actitud tenemos la capacidad de elección.

Esta se puede definir como la forma de interpretar la realidad, aunque sea para todos igual, su interpretación es la que nos diferencia unos de otros. Con esto quiero hablarte de la frustración, el sentimiento de fracaso que surge cuando no conseguimos lo que nos proponemos. Con lo cual, antes de intentar lograr tus objetivos, prepárate profesionalmente, mentalmente y de igual modo físicamente porque con estos tres conceptos tu umbral a la frustración será muy elevado y en consecuencia la interpretarás como un aprendizaje. Si el umbral es bajo, se interpreta la frustración como algo continuo en el tiempo y se generaliza a cualquier ámbito personal, dando como resultado el sentimiento de inutilidad, sin embargo, con un nivel elevado, se interpreta como un algo puntual.

Simultáneamente esta diferencia en el umbral es la que define nuestra actitud en la vida, nuestro modo de afrontarla y en consecuencia condiciona la alegría. En definitiva, te estoy explicando uno de los motivos del abandono de los objetivos personales y de igual modo, también están la pereza y el miedo. Ambos conceptos muy autodestructivos y relacionados con nuestro ambiente social, este nos puede potenciar una personalidad miedosa o por el contrario, valiente. ¡Así que tú decides con quien interactuar!

Por: Omar el Bachiri

Psicólogo clínico y escritor